ANATOMIA RENAL
El riñón adulto mide aproximadamente 11 cm de longitud, 2,5 cm de grosor y 5 cm de anchura. El izquierdo habitualmente está 1 o 2 cm más alto que el derecho.
Tiene forma de alubia con un contorno convexo liso por delante, detrás y lateralmente; y una superficie cóncava medial, el hilio renal, por donde penetran el uréter, vasos y nervios, y que se continua con una cavidad central denominada seno renal, En el interior del seno renal se encuentran el sistema colector (7-13 cálices menores, 2-3 cálices mayores, pelvis y uréter), vasos, linfáticos y grasa.
El parénquima renal está formado por corteza y pirámides medulares; Las pirámides pueden identificarse en la mayoría de los adultos normales como estructuras hipoecoicas respecto a la corteza, separadas por bandas corticales denominadas columnas de Bertin.
TÉCNICA DEL ESTUDIO
- Utilizaremos un transductor cónvex de 3.5-5 MHz.
- No se requiere preparación especial del paciente aunque habitualmente forma parte del examen general del abdomen para el que estará en ayunas. El examen de la vejiga urinaria precisa una adecuada replección mediante la ingesta previa de aproximadamente 1 litro de agua.
- Se realizarán cortes longitudinales y transversos utilizando un abordaje subcostal e intercostal, con el paciente en decúbito supino y en decúbito lateral derecho e izquierdo, que permitirán usar el hígado y el bazo como ventanas acústicas.
- Mientras que el izquierdo se estudia mediante un abordaje oblicuo posterior, la mejor forma de observar el polo superior del riñón izquierdo suele ser mediante un abordaje intercostal utilizando el bazo como ventana. Además del decúbito supino, es posible que las posiciones de decúbito lateral y prono, así como en bipedestación, Cuando el riñón no puede visualizarse debido al gas intestinal situado por encima, la sonda puede desplazarse lateralmente lateralmente hacia la línea axilar media o posterior. El estudio del riñón izquierdo suele resultar más problemático porque se localiza más superiormente, carece de una ventana acústica como es el hígado y está recubierto de gas procedente del estómago y del intestino delgado. El riñón izquierdo puede localizarse situando al paciente en decúbito lateral derecho y colocando la sonda en la línea axilar posterior izquierda o en el ángulo costo vertebral izquierdo.
La exploración renal ha de incluir imágenes en eje largo y transversal de los polos superiores, de las porciones medias y de los polos inferiores, y a continuación se evalúan las regiones de la corteza y de la pelvis renal. Se registra una medición máxima de la longitud de ambos riñones.
PATOLOGÍAS RENALES
Pielonefritis aguda
En los casos no complicados, la ecografía suele identificar un riñón de aspecto normal. Sin embargo, en el 20% existe edema renal generalizado atribuible a inflamación y congestión, que puede detectarse mediante una evaluación ecográfica. Este edema se define formalmente como una longitud renal global superior a 15 cm o, como alternativa, un riñón afectado con una longitud 1,5 cm mayor, como mínimo, que la del lado no afectado
La dilatación del sistema colector en ausencia de una causa obstructiva apreciable también puede detectarse mediante ecografía. Un mecanismo propuesto de esta dilatación consiste en que las endotoxinas bacterianas pueden inhibir el movimiento peristáltico normal de los uréteres, lo que origina hidrouréter e hidronefrosis.
En la ecografía también pueden detectarse líneas brillantes paralelas en la pelvis renal y el uréter, que obedecen con mayor probabilidad a la presencia de edema en la mucosa.
Abscesos renales
Antes de la aparición de los antibióticos, la mayoría de los abscesos renales se debían a una diseminación hematógena (habitualmente del género Staphylococcus) a partir de lugares distantes. La ecografía resulta especialmente útil en el diagnóstico de un absceso renal. Habitualmente revela un riñón aumentado de tamaño con distorsión del contorno renal normal.
En el con texto agudo parece que el absceso tiene bordes poco definidos, con edema en el parénquima renal circundante. Sin embargo, tras la convalecencia aparecerá como una masa rellena de líquido con una pared bien definida. Este borde claro contribuye a distinguir esta entidad de la nefritis focal menos grave.
Pionefrosis
La pionefrosis es una infección supurada en el contexto de una hidronefrosis, que surge como resultado de una obstrucción. La pelvis y los cálices renales se encuentran distendidos por pus. Los pacientes manifiestan fiebre, escalofríos y dolor en el flanco. Debido a la obstrucción, la bacteriuria puede estar ausente.
Características ecográficas de la pionefrosis
Los datos ecográficos resultan útiles en el diagnóstico precoz y exacto de la pionefrosis. En la exploración se observan ecos persistentes en un sistema colector dilatado. Esta ecogenicidad obedece a la presencia de detritos en el sistema colector y, por consiguiente, se aprecia en las zonas declives de este sistema. En ocasiones se aprecian desplazamientos de estos detritos si se pide al paciente que cambie de posición durante la exploración ecográfica. Además, en estas infecciones puede observarse aire. En este caso, se ven ecos intensos con sombra acústica detrás de la zona afectada del sistema colector.
Metástasis renales
Se ha comunicado que la frecuencia de metástasis renales oscila entre el 7 y el 13% . El uso más frecuente de estudios de imagen transversales ha supuesto un incremento de la detección de metástasis renales. En los pacientes con antecedentes conocidos de neoplasias malignas, las metástasis renales son tres veces más habituales que los tumores renales primarios y suelen ser asintomáticas.
Los tumores que metastatizan con mayor frecuencia al riñón son los carcinomas de pulmón, de mama y del tubo digestivo, y el melanoma.
El aspecto ecográfico más frecuente es el de masas corticales hipoecoicas.
QUISTES RENALES: QUISTES CORTICALES
Los quistes simples son lesiones benignas adquiridas cuya incidencia aumenta con la edad y que se detectan en al menos el 50% de las personas de más de 50 años. Se localizan en la cortical y la mayoría son asintomáticos, aunque si son grandes pueden dar lugar a dolor en el flanco y hematuria e incluso hacerse palpables. Los criterios ecográficos que debe reunir un quiste para que podamos hablar de quiste simple son: anecoico, refuerzo acústico, pared lisa y fina.
Durante el desarrollo embriológico los riñones se originan en la pelvis fetal y ascienden a su localización y posición adultas en la 9ª semana de gestación, lo que da lugar a frecuentes anomalías congénitas (ectopia, ectopia renal cruzada fusionada o no, riñón en herradura).
LITIASIS RENAL
Los cálculos renales afectan al 12% de la población, siendo la composición más frecuente la de oxalato cálcico. Los cálculos caliciales que no obstruyen suelen ser asintomáticos, aunque pueden manifestarse
como hematuria o dolor, más frecuentes si se desplazan y obstruyen la unión ureteropiélica. Una vez en el uréter la mayoría se aloja en la unión ureterovesical, donde el uréter tiene su diámetro mínimo (1-5mm), si bien el 80% de los menores de 5 mm pasan de manera espontánea.
La ecografía nos permitirá diagnosticar cálculos renales mayores de 5 mm con una sensibilidad del 100%; por contra, la localización retroperitoneal profunda del uréter y el gas intestinal interpuesto dificultarán la visualización de las litiasis ureterales, a menos que se encuentre dilatado.
En la ecografía los cálculos se ven como focos ecógenos con sombra posterior nítida localizados en el seno renal, con artefactos de centelleo en el Doppler color y de potencia. Debemos diferenciarlos de calcificaciones parenquimatosas (nefrocalcinosis), arteriales, gas intrarrenal o papilas desprendidas y calcificadas.
HIDRONEFROSIS
Es la dilatación del sistema colector secundaria a obstrucción o reflujo. Además de la litiasis puede ser consecuencia de múltiples patologías como estenosis de la unión ureteropiélica, válvulas uretrales, obstrucción ureteral por masas ginecológicas o retroperitoneales, vejiga neurógena
En la ecografía podremos ver imágenes anecoicas en el seno renal que comunican entre sí, que pueden acompañarse de dilatación ureteral dependiendo del lugar de la obstrucción. No debe confundirse con una pielocaliectasia secundaria a hiperreplección vesical o con quistes parapiélicos.