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Caso clínico: Embarazada de 37 años con 10 semanas de gestación y sangrado vaginal, altura uterina y niveles de B-HCG normales, a la ecografía no se detectan latidos fetales por lo que se diagnostica aborto incompleto y se realiza evacuación uterina, reportando patología mola completa.
El embarazo molar se clasifica en mola parcial y mola completa.
Mola completa: No presenta tejido embrionario o fetal. Las vellosidades coriales presentan hiperplasia trofoblástica difusa. Cariotipo diploide. Generalmente se diagnostica en el segundo trimestre y se presentan como una altura uterina mayor a la correspondiente por amenorrea, anemia, toxemia, hiperémesis, hipertiroidismo, falla respiratoria. Puede hacerse el diagnóstico desde el primer trimestre con el apoyo de la ecografía y la cuantificación de B-HCG, incluso antes de los primeros signos y síntomas. Ecográficamente se observa un patrón vesicular, en el primer trimestre con menor cavitación y vellosidades más pequeñas. Se relaciona con altos valores de HCG debido a que las células trofoblásticas que producen HCG presentan hiperplasia.
Mola parcial: Vellosidades coriales con hiperplasia trofoblástica focal, presencia de tejido fetal o embrionario. Suele tener cariotipo triploide. Si el feto se identifica suele tener anomalías congénitas asociadas como sindactilia, labio leporino, paladar hendido. Las pacientes presentan síntomas de aborto incompleto como genitorragia, altura uterina menor o igual a la correspondiente por amenorrea. En la ecografía se observan cambios vesiculares focales en la placenta, una razón entre el diámetro transverso sobre el anteroposterior del saco gestacional mayor a 1:5, lo cual se relaciona con triploidía. Cuando no hay feto, para el diagnóstico diferencial con aborto incompleto, es importante la cuantificación de B-HCG. En la mola parcial la hiperplasia trofoblástica es menos evidente, por lo que se relaciona menos con elevaciones de HCG. El diagnóstico definitivo es antomopatológico.
Conducta médica: Las pacientes que cursan con embarazo molar deben ser estudiadas para descartar anemia, toxemia, hipertiroidismo. Debe realizárseles exámen clínico y de laboratorio y después evaluar el modo de evacuación uterina siendo el legrado el medio más óptimo.
Neoplasia trofobástica gestacional: Presentan alto riesgo de presentarla las pacientes con mola completa, marcada elevación de B-HCG y tamaño uterino anormal. La neoplasia puede ser metastásica si se disemina más allá del útero o no metastásica cuando el tejido molar o coriocarcinoma invade la pared uterina. Pacientes con esta neoplasia tienen niveles de B-HCG que no regresan a la normalidad después de evacuar el útero, o evidencia de metástasis, por lo que es indispensable monitorear la HCG luego de la evacuación de la mola, el test debe hacerse semanalmente por tres semanas y luego mensualmente 6 meses. Así mismo no se debe colocar DIU antes de ese periodo por el riesgo de perforación si el tumor está presente. El uso de la quimioterapia profiláctica es incierto, se considera en las embarazadas con alto riesgo.

COMENTARIO:
La ecografía en el primer trimestre del embarazo es muy importante, y es importante tener presentes todos los diagnóstico diferenciales que pueden tener nuestros hallazgos, ya que el aborto incompleto y la mola completa pueden confundirse, y el no encontrar signos clínicos y de laboratorio que corroboren mola, no excluye el diagnóstico que finalmente es anatomopatológico, pero sin embargo debe llegarse hasta él ya que las pacientes con diagnóstico de mola requieren seguimiento al menos por seis meses.

Por tanto es fundamental ver, buscar y reportar cualquier detalle que se observe durante el examen ecográfico para una adecuada integración del diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la paciente.

Artículo escrito por la Dra. Consuelo González

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