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Estudio del bazo

El parénquima esplénico tiene una ecogenicidad similar al hígado y menor que el riñón adyacente. Su valoración ecográfica es útil para confirmar la esplenomegalia y en el estudio de las lesiones esplénicas focales y de los traumatismos abdominales.

El aumento del tamaño del bazo, que puede ser difícil de valorar clínicamente, es sencillo de diagnosticar con ecografía al observar un bazo globuloso y con un eje longitudinal superior a 13-14 cm en adultos. Es frecuente en la hipertensión portal y en las enfermedades infecciosas y hematológicas.

Las lesiones esplénicas son poco habituales en la práctica clínica. Un hallazgo relativamente frecuente son los granulomas que se presentan como lesiones focales hiperecogénicas de pequeño tamaño, generalmente calcificadas por lo que se acompañan de sombra acústica. Suelen corresponder a cambios crónicos en relación con enfermedades granulomatosas (tuberculosis, histoplasmosis, sarcoidosis…) y como hallazgo aislado carecen de significación clínica.

Los quistes esplénicos pueden ser congénitos o adquiridos tras un proceso infeccioso (hidatidosis) o traumático (hematoma). Son anecoicos, de bordes bien definidos y con refuerzo acústico posterior.

El absceso esplénico es raro y generalmente se debe a la extensión hematógena secundaria a una sepsis por endocarditis, adicción a drogas por vía parenteral o menos frecuentemente a la infección de un hematoma esplénico postraumático. Su imagen ecográfica es una lesión hipo-anecoica, mal definida y con ecos, o incluso gas, en su interior.

El infarto esplénico suele ser secundario a anemia de células falciformes, endocarditis, lupus etc.… Su imagen ecográfica es una cuña triangular hipoecoica con base en la cápsula, que con el tiempo evoluciona hasta formar una cicatriz ecogénica lineal.

Los esplenúnculos son un hallazgo común. Son nódulos bien definidos de 1-2 cm, sólidos, isoecoicos en relación al bazo y localizados cerca del hilio esplénico. Su descubrimiento, casi siempre casual, carece de significación clínica y sólo es importante conocer su existencia si se va a realizar una esplenectomía, para plantear la actitud quirúrgica.

El bazo se afecta con frecuencia en los pacientes politraumatizados. La ecografía es útil en el momento agudo si el paciente está inestable para demostrar la presencia de líquido libre intraperitoneal secundario a rotura esplénica, que implica una actitud quirúrgica urgente. Los hematomas generalmente muestran una morfología en semiluna de situación subcapsular, mientras que si se presenta como un defecto anecoico en el borde del parénquima hay que descartar una laceración. Con la retracción del coagulo el hematoma evoluciona a una colección heterogénea en la que se entremezclan áreas ecogénicas debidas a la fibrina con otras anecoicas debidas al suero. Si el paciente está estable y el traumatismo es de alta energía debe estudiarse con TC ya que la exploración ecográfica suele estar limitada por el dolor y la ecogenicidad del hematoma, que en los primeros momentos es isoecoico y puede pasar desapercibido.

El estudio ultrasonográfico del abdomen y en particular del páncreas y el bazo son el abordaje inicial en pacientes con sospecha de patología en éstos órganos. Tiene una gran utilidad y en muchos casos no se requieren estudios complementarios.

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