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Quiste de ovario fetal: diagnóstico prenatal, evolución perinatal y tratamiento.

En fetos del sexo femenino, los quistes de ovarios son los tumores abdominales de más frecuente diagnostico durante la gestación, se observan como una imagen abdomino-pelvica hipoecoica en un plano adyacente a la vejiga urinaria y caudal a la cámara gástrica. La mayoría de los casos se diagnostica durante el 3er trimestre de gestación. No se relaciona con alteraciones anatómicas ni rasgos fenotípicos.

En el caso de los pacientes presentados en el artículo la mayoría de las veces desapareció de manera espontánea,  4 de los casos en el periodo prenatal, 4 en el transcurso del 1er año de vida y el último caso desapareció alrededor de los 2 años de vida. Esto correspondiendo con la bibliografía.

La mayoría de ellos son asintomáticos, los factores de riesgo asociados son la torsión ovárica y lo más común es que se produzca durante el desarrollo fetal o en momento del parto por alteraciones en la vascularidad, lo que se asocia con atresia gonadal. La causa puede ser la HGC que se produce en la placenta y su FSH-like, los estrógenos maternos o las propias gonadotropinas fetales. La escisión quirúrgica posnatal solo se reserva para los casos en los que la imagen ecográfica persistente muestra algún signo de complicación. El diagnostico diferencial se hace con quiste mesentérico, duplicación, pseudoquiste meconial, atresia duodenal, quiste renal, hidrocolpos, teratoma, meningocele anterior y linfagioma.

Aunque es un padecimiento poco frecuente es importante saber que existe porque es la tumoración más frecuente que podemos encontrar en fetos del sexo femenino, también es importante saber su evolución que generalmente es benigna absorbiéndose solo para no realizar medidas extraordinarias que puedan llegar a poner en riesgo la vida del feto, o de lo  contrario saberlo diferenciar de algún padecimiento maligno de acuerdo a sus características ecográficas.

El quiste esplénico congénito es excepcional, al parecer se forma por un defecto en el desarrollo y diferenciación del mesodermo embrionario. La mayor parte son de naturaleza benigna y se diagnostica por ecografía durante el 3er trimestre del embarazo teniendo una mediana de diagnóstico a las 30 semanas observando una imagen anecoica de contenido homogéneo, unilocular de paredes lisas sin tabiques, sin imágenes en su interior ni señal vascular mediante Doppler color.

Generalmente son asintomáticos y de pronóstico favorable con una desaparición completa generalmente al 1er año de edad.

El diagnóstico diferencial se hace con quiste de ovario, hidrosalpinx, hidronefrosis, riñón multiquistico. Existe el riesgo de ruptura postraumática, por este motivo se requiere conducta expectante con seguimiento periódica hasta su completa desaparición.

El quiste esplénico es también excepcional pero es necesario saber que existe y poder diagnosticarlo en caso de ver alguna alteración a nivel del abdomen del feto. Así como también saber su evolución expectante y continuar el control al nacimiento del  producto.

Tal vez los 2 artículos no son patologías muy frecuentes pero son cosas que debemos de tener conocimiento como médicos ultrasonografístas y más estando en una comunidad en donde no tenemos alguna unidad médica de 3er nivel.

Artículo escrito por la  Dra. Angélica Ayala Vivanco

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