Tratamiento percutáneo de fístula arteriovenosa y pseudoaneurisma tras biopsia renal en un riñón trasplantado
La fístula arteriovenosa (FAV), asociada o no a pseudoaneurisma, tras biopsia renal percutánea es una complicación poco frecuente, que ocurre entre el 0,34 % y el 6,3 % de los casos. En la mayoría de los casos, estas lesiones vasculares tienen escasa relevancia clínica y precisan simplemente de observación y seguimiento. Sin embargo, en ocasiones pueden causar disfunción del injerto renal, hipertensión arterial o una hemorragia grave que requiere tratamiento urgente.
CASO CLÍNICO
Mujer de 48 años con antecedentes de hipertensión, diabetes, dislipidemia y enfermedad renal crónica, quien recibió un trasplante renal de donante cadáver. Después de 57 días, presentaba una función renal adecuada con niveles normales de creatinina y sin proteinuria. A los 26 meses del trasplante, acudió por malestar general, hiporexia, dolor epigástrico, vómitos y diarrea de varias semanas de evolución. Se sospechó inicialmente un rechazo agudo del injerto debido a niveles bajos de tacrolimus en sangre por falta de adherencia al tratamiento inmunosupresor. Se inició tratamiento con corticoides y se realizó una biopsia renal para confirmar el diagnóstico. Tras la biopsia, la paciente desarrolló hematuria con coágulos, sin evidencia de obstrucción. Un eco-Doppler renal reveló un hematoma en el lóbulo medio con flujo arterial en su interior y hallazgos sugestivos de una FAV. La angiografía confirmó una FAV de alto flujo en una rama renal segmentaria y otras de menor entidad dependientes de esta, todas localizadas en el tercio medio del riñón.
La evolución fue favorable, con resolución de la hematuria, mejora progresiva de la función renal (creatinina de 2,84 mg/dl y FG del 20 % a los dos meses) y desaparición de la FAV y el pseudoaneurisma. Se ha observado que el 70 % de las FAV se resuelven espontáneamente en 1-2 años, mientras que el 30 % pueden persistir o volverse sintomáticas, pudiendo causar hematuria, insuficiencia renal e hipertensión.
CONCLUSIONES:
La biopsia renal percutánea es el método más utilizado para el diagnóstico de enfermedades renales. La guía por ultrasonido y el uso de dispositivos automatizados han incrementado su seguridad y frecuencia de uso. El eco-Doppler es una herramienta confiable para el diagnóstico de FAV. En casos como el presentado, la angiografía renal confirmó el diagnóstico. El tratamiento de FAV sintomáticas puede variar desde la embolización selectiva hasta la nefrectomía, reservando esta última para casos de hemorragia aguda incontrolable.
Artículo escrito por la Dra. Cindy Verónica Castro Vizcarra
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