VALVULAS EN LA UNION PIELOURETERAL.
En las causas más comunes de la obstrucción intrínseca de la unión pieloureteral se incluyen los pliegues mucosos valvulares, la persistencia de las circunvoluciones fetales y los pólipos ureterales altos. Representando entre las causas menos comunes de obstrucción intrínseca de la unión pieloureteral se incluyen los pliegues mucosos valvulares descritos por Wolfler en 1877, la persistencia de las circunvoluciones fetales y los pólipos ureterales altos.
Definiendo a una válvula ureteral como una estructura que mecánicamente altera el flujo anterógrado de los fluidos pero que permite el paso libre en la dirección opuesta, se puede localizar en la parte superior del uréter después del cuarto mes de desarrollo intrauterino y puede persistir hasta o después del periodo neonatal.
Podemos decir que embriológicamente la yema ureteral se origina de la 4ta a la 5ta semana de gestación y luego asciende hacia el metanefros, con el cual se fusiona y posteriormente forma el sistema colector; el uréter puede enlongarse más rápido que ascenso del riñón y desarrollar tortuosidades con pliegues ureterales, estos pliegues son comúnmente vistos en el feto y en el recién nacido. Actuando como reserva durante el crecimiento y pueden persistir hasta o después del periodo neonatal.
Campbell define a estas estructuras como endopliegues mucosos con una expansión colateral de adventicia que no se aplanan cuando el útero se distiende o se estira.
El término “pseudovalva” corresponde a una estructura que consiste en urotelio y estroma fibroso sin musculo liso.
Los criterios de Wall y Wachter consisten en la presentación de musculo liso en la válvula, evidencia patológica de obstrucción antes de la válvula y ausencia de obstrucción de uréter debajo de la válvula.
El reflujo vesicoureteral severo puede producir curvas por elongación y angulación del uretero e incluso de la unión ureteropielica, lo cual en determinado momento uno de estos pliegues puede adquirir la función de válvula y obstruir a ese nivel, siendo así solo los pliegues exagerados o con tejido muscular en medio del pliegue mucoso, así como la inserción alta de una valva en la unión pieloureteral podrían volverse obstructivos.
La presencia de anormalidades del tracto urinario se relacionaron en un 45% con valvas ureterales del tercio superior, y en un 39% con valvas del tercio ureteral inferior y medio. También se han asociado a patologías como litiasis en un 17% e hipertensión en un 14 %. Siendo una prevalencia de 51.61% del lado izquierdo y 45.16% del lado derecho, solo un 3.22% bilateral. Por tanto el tratamiento quirúrgico es sin dudas la herramienta diagnostica más frecuente por hallazgo, y el resto por autopsias.
La relevancia de este artículo en relación a la utilización de la ecográfica estriba en que se encontró que el riñón mostró hidronefrosis con adelgazamiento de la corteza, ósea las repercusiones de esta alteración anatómica.