La ultrasonografía en modos A, B Y M
EL MODO A (modo de amplitud) fue el primer método utilizado para formar imágenes de ultrasonido.
EL MODO B: modo de brillantez
MODO M: modo de movimiento. Tiene su utilidad principal en ecocardiografía tanto en la fetal como en la del adulto.
MODO B.- imagen en tiempo real. Al mover el transductor del ultrasonido sobre la piel del paciente se almacenan las imágenes obtenidas de las diferentes interfaces. Y se logra la interpretación de una imagen bidimensional. En esta modalidad se generan múltiples imágenes individuales a razón de 15 a 60 cortes por segundo.
La escala de grises aunado al MODO B, tiempo real, representa el avance técnico que ha ubicado a la Ultrasonografia entre los principales métodos diagnósticos en imagenologia.
Se utilizan diferentes tipos de transductor para la obtención de imágenes en tiempo real en el que se adquieren de 30 hasta 60 imágenes por segundo.
Los transductores pueden ser mecánicos o electrónicos. En los transductores lineales la imagen se ve rectangular y tiene forma de abanico.
El artificio de reverberación consiste en que el sonido al profundizar los tejidos en vez de 1 y solo una reflexión para regresar al transductor (eco).
Se refleja una interface profunda y en su trayecto de regreso sufre otra reflexión hacia la profundidad donde nuevamente se refleja a la superficie llegando con retraso al transductor. Esto es interpretado por el aparato de ultrasonido como un eco procedente de mayor distancia porque la ubicación de los tejidos se realiza en función del retardo de los ecos. Antes de finalizar es necesario mencionar un hecho importante relacionado con el reforzamiento posterior. Se ha mencionado reiteradamente que los líquidos como en el caso de un quiste hepático o un quiste de ovario, tiene una baja impedancia acústica y por lo tanto el sonido pasa a su través y después de su correspondiente ajuste de ganancia en los ecos más tardíos. Como ya se ha explicado con anterioridad alianza al tejido adyacente en la cara profunda del quiste con muy alta intensidad y produce una elevada ecogenicidad conocida como reforzamiento posterior.