Cáncer de próstata: guía radiológica de diagnóstico y estadificación
El cáncer de próstata es uno de los problemas de salud pública que con mayor frecuencia afecta a la población masculina adulta: 25% del total de todos los cánceres diagnosticados en hombres. La prevalencia del cáncer de próstata aumenta con la edad, con evidencia histológica en 34% de los hombres en la quinta década de la vida y en 70% a los 80 años.
Entre la población masculina de México el cáncer de próstata ocupa el primer lugar con una tasa de incidencia anual de 33.4 casos por cada 100 000 habitantes (14 917 casos nuevos al año) y una mortalidad de 15.5% (5 938 muertes al año).
Para el diagnóstico de esta patología se emplean los diversos recursos con los que cuenta el médico. En la parte clínica el diagnóstico del cáncer de próstata se basa en la evaluación del antígeno prostático específico en sangre y en el tacto rectal, aunque ambos tienen una precisión subóptima. Un valor de antígeno prostático específico por encima de 4 ng/mL se considera anormal, aunque en el 70-80% de estos casos se debe a condiciones benignas como hiperplasia prostática benigna o prostatitis. En el momento del diagnóstico los factores de pronóstico más importantes en el cáncer de próstata son la puntuación de Gleason y el estadio clínico.
En cuanto a la imagen el ultrasonido transrectal por sí solo no se recomienda como método de imagen inicial debido a que tiene un valor predictivo positivo de 15.2%. El papel principal del ultrasonido es el de guiar la realización de la biopsia transrectal, indicada en el paciente con resultados anormales (elevación del antígeno prostático, tacto rectal positivo o ambos). El ultrasonido transrectal con toma de biopsia tiene una tasa de detección para cáncer de próstata de 36% en tumores menores de 5 mm, 84% en tumores de 16 a 20 mm y de 92% en tumores mayores de 26 mm.
La valoración sonográfica preliminar de la próstata, antes de efectuar las biopsias, requiere el análisis riguroso de la ecogenicidad y simetría de la glándula interna y de la zona periférica, valoración del ápex prostático demostrando la cápsula quirúrgica, tejidos periprostáticos (cápsula y grasa periprostática), paquetes neurovasculares, vesículas seminales, conductos eyaculadores y ganglios linfáticos periprostáticos. Sin emabrgo es importante tener en mente que el cáncer de próstata se presenta como una lesión en la zona periférica de aspecto hipoecoico en 60 a 70% de los casos, isoecoica en 30-40% e hiperecoica en 1-5%; puede o no mostrar incremento de vascularidad a la aplicación del Doppler color o de poder y se distribuye en 70% de los casos en la zona periférica (más común en la región posterior), 20% en la zona de transición y 10% en la zona central.
Por lo tanto tenemos que los avances en la resonancia magnética son prometedores para mejorar la detección del cáncer de próstata. Es el método de imagen de elección para la caracterización del parénquima prostático y para la estadificación local del cáncer de próstata. La secuencia ponderada en T1 no tiene mucha utilidad para evaluar a detalle la próstata y se utiliza, principalmente, para detección de la hemorragia posbiopsia, evaluación del contorno prostático, del trayecto de los paquetes neurovasculares y como secuencia basal precontraste. La secuencia ponderada en T2 es sensible pero no especifica y se recomienda combinada con al menos dos técnicas de resonancia funcional para una caracterización óptima.
Es importante que como profesionales de salud enfocados en el ultrasonido; conozcamos las grandes ventajas que nos puede otorgar para el diagnóstico y las posibles limitaciones que puede presentar; esto para ofrecer a nuestros pacientes la atención que merecen y entender que en ocasiones sirve como coadyuvante en el diagnostico o estatificación ayudara den suma manera a que al realizar nuestra tarea diaria en el aparato podamos ayudar en esta situación como es el caso del cáncer de próstata donde es un coadyuvante que junto a la biopsia toma relevancia.
Artículo escrito por la Dra Lucero Barrientos Pedraza