Aplicaciones de la histeroscopia guiada por ecografía
Aunque la mayor parte de las pacientes con alguna anomalía estructural uterina son asintomáticas, una cuarta parte de ellas presentará problemas reproductivos y/o gineco obstétricos.
El útero septo en alguno de sus grados es la malformación congénita uterina estructural más frecuente.
Si bien la presencia de un tabique uterino incrementa la tasa de abortos de repetición, solo en raras ocasiones dificulta la consecución de un legrado evacuador como en el caso que presentamos.
Presentar alguna malformación estructural uterina no es siempre incompatible con una historia ginecológica y obstétrica reproductiva normal. En la mayor parte de los casos, estas anomalías pasan inadvertidas, estimándose que solo una cuarta parte de las mujeres que las presentan tendrá problemas reproductivos o sintomatología ginecológica.
El útero septo, al igual que el resto de las malformaciones müllerianas, se relacionan con esterilidad e infertilidad, insuficiencia ístmico-cervical, acretismo placentario, parto pre término, prematuridad, metrorragias de repetición durante la gestación, mayor riesgo de rotura uterina durante el tercer trimestre de gestación o durante el trabajo de parto y anomalías de presentación fetal que justifican el incremento de la frecuencia del parto mediante cesárea.
Se asocian a dolor abdominal y/o vaginal recurrente, hipomenorrea, leucorrea, hidro o hematocolpos, dismenorrea importante o dispareumia.
Comentario
El uso de la histeroscopia guiada por ecografía permite visualizar por una parte el interior de la cavidad uterina y, por otra, el contorno uterino peritoneal, permitiendo en la mayoría de las ocasiones un correcto y preciso diagnóstico de las malformaciones uterinas. Dicha técnica ofrece algunas ventajas sobre la realización de una laparoscopia simultánea a la histeroscopia, que actualmente se considera todavía como la prueba de oro, tales como precisar menor invasividad, ser más eficiente y disminuir tanto el tiempo diagnóstico como posquirúrgico.