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Cáncer de mama durante el embarazo

Cáncer de mama durante el embarazo

Durante el embarazo y la lactancia, la mama puede verse afectada por una variedad de trastornos únicos y específicos, incluyendo trastornos benignos, relacionados con los cambios fisiológicos, inflamatorios, enfermedades infecciosas, papilomatosis juvenil y tumores benignos y malignos. Pacientes con carcinoma de mama asociada al embarazo presentan diagnóstico de neoplasias avanzadas y un pronóstico más pobre debido al retraso diagnóstico y un patrón biológico más agresivo.

El linfoma de Burkitt relacionado con el embarazo se manifiesta característicamente de forma bilateral y con una difusa participación de los pechos. El fibroadenoma puede manifestarse con crecimiento, aumento de tamaño, quistes grandes, conductos prominentes y hiperplasia secretora durante el embarazo y la lactancia. La galactocele es la lesión de la mama más comúnmente encontrada durante la lactancia y se manifiesta ya sea como pseudolipoma, una masa quística con un nivel de grasa fluida, o pseudohamartoma. Los tumores y enfermedades que afectan a los senos durante el embarazo y la lactancia son básicamente los mismos que los observados en mujeres no embarazadas, pero pueden presentar una apariencia diferente. La sensibilidad de la mamografía en mujeres embarazadas y lactantes se reduce debido al aumento del parénquima denso. En su lugar, la ecografía es el método radiológico más adecuado para evaluar masas mamarias en este entorno y es particularmente útil en el diagnóstico y tratamiento de abscesos. El conocimiento de las entidades únicas que están específicamente relacionadas con el embarazo y la lactancia y de sus manifestaciones radiológicas patológicas puede ayudar al radiólogo a realizar el diagnóstico correcto.

Aunque la mayoría de los trastornos relacionados con el embarazo y la lactancia son benignos, el carcinoma de mama asociado al embarazo (PABC) representa hasta el 3% de todos los tumores malignos de mama. El diagnóstico de cáncer de mama durante el embarazo y la lactancia es difícil, tanto clínica como radiológicamente, debido a los cambios inducidos por las hormonas que se producen en el tejido mamario.

Todas las masas encontradas durante el embarazo y la lactancia deben ser evaluadas cuidadosamente; el diagnóstico de bultos no relevantes o fisiológicos secundarios a estimulación hormonal solo puede establecerse posterior a una evaluación radiológica minuciosa.

Los cambios fisiológicos durante el embarazo y la lactancia

Durante el embarazo, la mama experimenta numerosos cambios en preparación para la lactancia. Estos cambios se producen en respuesta a un aumento de la circulación de hormonas, básicamente estrógeno, progesterona y prolactina.

Evaluación radiológica de la mama durante el embarazo y lactancia:

En la mamografía, la glándula mamaria aparece muy densa, heterogénea, gruesa, nodular y confluente, con una marcada disminución en adiposidad y un patrón ductal prominente. Estas características, junto con la alta densidad que normalmente se encuentra en mujeres jóvenes, disminuyen severamente la sensibilidad de la mamografía, que normalmente oscila entre el 70% y 90%. Muchos tumores se presentan secundaria y sutilmente como distorsión estructural o densidad asimétrica; por lo tanto, el diagnóstico mamográfico del cáncer de mama puede ser difícil sin el apoyo del ultrasonido. Sin embargo, el parénquima de alta densidad no es visto en todos los pacientes. Además, algunas mujeres embarazadas o en periodo de lactancia tienen la densidad mamaria sin cambios en comparación con el valor inicial mamográfico encontrado. En las mujeres en periodo de lactancia, la mamografía se debe realizar inmediatamente después de la lactancia materna, cuando la densidad mamaria ha disminuido.

El ultrasonido constituye el método radiológico más adecuado para la evaluación de los trastornos de los senos en las mujeres durante el embarazo y la lactancia. Tiene una mayor sensibilidad (casi 100%) que la mamografía en la evaluación de pacientes con carcinoma.

Más del 90% de las mujeres con PABC presentan masas mamarias, que son fácilmente evaluadas con ultrasonido. Además, ayuda a detectar si la zona palpable representa una verdadera masa o es parénquima normal. Durante el embarazo, el parénquima de los senos se caracteriza por la ampliación del componente fibroglandular no graso con una ligera hipoecogenicidad. En contraste, durante la lactancia, el parénquima muestra una difusa hiperecogenicidad, un sistema ductal prominente y aumento de la vascularización.

El uso rutinario de la resonancia magnética en la evaluación y tratamiento de la paciente embarazada no es apropiado. La evaluación de las neoplasias malignas con resonancia magnética en la lactancia es controversial y difícil.

El ultrasonido debe ser considerado como la prueba de imagen inicial en embarazadas o mujeres lactantes sintomáticas.

Trastornos benignos estrechamente relacionados con los cambios fisiológicos gestacionales y hiperplasia secretora

Las microcalcificaciones secundarias a la hiperplasia gestacional o hiperplasia secretora pueden ser observadas en una mamografía. Dos manifestaciones gráficas mamográficas han sido reportadas.

Las microcalcificaciones son más comúnmente redondas, con una distribución difusa o focal. Con menos frecuencia, presentan un aspecto irregular, una distribución lineal y un patrón de ramificación que se asemeja de cerca a la malignidad. Ambas manifestaciones pueden coexistir: las calcificaciones puntiformes representan la hiperplasia redonda en los acinos lobulares, mientras que las calcificaciones lineales corresponden a la hiperplasia ductal.

Artículo escrito por la Dra. Blanca Morales Apanco

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