Criterios actuales para evaluar la conducta a seguir con los pacientes que padecen de hiperplasia prostática benigna
La hiperplasia prostática benigna es una patología muy común en todo el mundo, generalmente afecta a los hombres a partir a los 40 años, tiene aproximadamente del 30 al 40 % de probabilidades de ser operado de próstata si alcanza los 80 años, y es esta intervención es la segunda en frecuencia en el adulto mayor masculino en los países occidentales. La Hiperplasia prostática benigna se utiliza para definir una próstata aumentada de volumen, adenomatosa, causante en mayor o menor medida de obstrucción urinaria y síntomas prostáticos. No obstante, cualquier descripción de la enfermedad prostática benigna encierra múltiples interrogantes, y la consecuencia inmediata es la propia confusión que se deriva de la falta de correlación entre el tamaño de la glándula, severidad de los síntomas y mayor o menor grado de obstrucción. Estas circunstancias ocasionan que el término de hiperplasia prostática se emplee en determinados momentos en referencia al proceso histológico propiamente dicho y en otras, por el contrario, se refiera a la presencia de síntomas miccionales.
Los síntomas de los pacientes con hiperplasia prostática hasta hace 20 años se clasificaban en síntomas de alteración de la micción, los cuales incluían tanto las alteraciones del chorro de la orina, poliaquiuria nocturna, retención de orina e incontinencia de orina por rebosamiento. En la actualidad, a la luz de los nuevos estudios, los síntomas se clasifican de forma distinta; estos se subdividen en síntomas irritativos y obstructivos. Aunque en múltiples pacientes se presentan ambos síntomas, está descrito que al inicio de la enfermedad estando ésta compensada, sólo deben existir los obstructivos, y que los irritativos aparecen más tarde como consecuencia de la obstrucción crónica. El examen físico de la glándula se realiza por el tacto rectal, estudio de extrema importancia para investigar otras entidades prostáticas que pueden producir los mismos síntomas por obstrucción infravesical, mediante este examen precisamos la técnica quirúrgica que se deberá utilizar.
Durante muchos años la hiperplasia prostática fue estudiada de acuerdo con sus aspectos clínicos y morfológicos, por lo que no se podía cuantificar el grado de obstrucción infravesical que producía. Actualmente la uroflujometría está considerada como un instrumento diagnóstico fundamental para evaluar el grado de obstrucción infravesical en el paciente llamado prostático estándar. Otro método muy utilizado es la medición de residuo vesical posmiccional por ultrasonido abdominal.
En el presente artículos se presentaron los resultados de un estudio descriptivo realizados con 56 pacientes que acudieron a la consulta de urología de nuestro centro presentando manifestaciones de síntomas urinarios, con edades comprendidas entre los 50 y los 80 años. A todos los pacientes se les llenó una encuesta teniendo en cuenta los datos generales, antecedentes patológicos personales, precisando si sufrían enfermedades u operaciones
al nivel neurológico y zona pélvica. Luego se recogieron los síntomas urinarios (obstructivos e irritativos) referidos y la intensidad de los mismos y posteriormente se les realizó el examen físico (tacto rectal). Y posteriormente se les realizo evaluación con uroflujometría y la medición del residuo posmiccional por ultrasonido abdominal. Concluyendo como resultados principales que el 66,6 % de los pacientes que tenían un tacto rectal normal presentaban un flujo máximo obstructivo importante y el 50 % de los casos con próstata al tacto grado III tenían flujo no obstructivo. Del total de pacientes con flujo máximo por debajo de 10 mL/s, el 89,2 % tenía un residuo importante. El examen físico es útil para verificar la benignidad del proceso, pero el crecimiento de la glándula a través de la palpación digital no es proporcional al grado de obstrucción; que los síntomas obstructivos e irritativos aparecen con mayor frecuencia en los pacientes con un flujo urinario máximo menor de 10mL/seg. Y que la medición del residuo vesical por ultrasonido abdominal nos es muy necesaria para completar el estudio de estos pacientes.
- COMENTARIO: luego leer el presente artículo puedo concluir que los síntomas principales para la hipertrofia prostática consiste en la triada diagnostica: aumento de tamaño de la glándula de aspecto adenomatosa (hiperplasia), que ocasiona síntomas urinarios (prostatismo) y que provoca una dificultad al vaciado normal de la vejiga (obstrucción). Y los cuales se pueden indagar a través una historia clínica completa, examen físico de la próstata a través del tacto rectal, por medio de uroflujometría, y la medición del residuo posmiccional por ultrasonido abdominal.
Artículo escrito por la Dra. Ana Coralia Quintanilla