Diagnóstico imaginológico de un teratoma gigante de ovario
Diagnóstico imaginológico de un teratoma gigante de ovario
El hallazgo de un teratoma gigante en una paciente de 85 años es poco común, ya que suele presentarse en mujeres jóvenes en edad reproductiva. Generalmente, son de tamaño pequeño (< 10 cm) y más del 75% de las pacientes son asintomáticas. El dolor abdominal es el síntoma más frecuente (48-78%) y, en ocasiones, puede causar dolor agudo por torsión o ruptura espontánea, esta última más frecuente en tumores mayores a 10 cm.
También conocidos como quistes dermoides, los teratomas están compuestos por tejidos de las tres capas germinativas, destacando los elementos ectodérmicos. La presencia de sebo, líquido, desechos y pelos en el quiste es típica (97% de los casos). A menudo, se forma una protuberancia con pelos que sobresalen, donde también suelen encontrarse huesos o dientes. Aunque mayormente son benignos, se estima que entre el 2-3% pueden degenerar en malignos, siendo más común en mujeres posmenopáusicas.
La ecografía es la técnica de imagen preferida para evaluar masas pélvicas. Los teratomas pueden presentar diversas apariencias ecográficas, desde quistes simples hasta masas complejas con áreas sólidas y líquidas. Un hallazgo característico es una masa compleja con elementos ecogénicos, líquidos y sólidos, conocido como el signo de la «punta del iceberg», donde una masa ecogénica oculta las estructuras posteriores.
La tomografía puede ser útil para identificar los diferentes elementos del teratoma, como la presencia de grasa, calcificaciones y protuberancias sólidas. La visualización de un nivel dependiente de la gravedad es característica y se debe a la coexistencia de componentes líquidos y sebáceos en el quiste. Las calcificaciones u osificaciones son frecuentes, al igual que la presencia de dientes en el tumor.
En todos los casos, se recomienda la resección del teratoma debido al riesgo de complicaciones como ruptura, torsión o malignización, especialmente en mujeres mayores de 40 años.
En resumen, los teratomas son poco comunes en mujeres ancianas, pero no deben pasarse por alto, ya que las complicaciones potenciales son más frecuentes en pacientes mayores de 40 años.
Artículo escrito por el Dr. Dannee Miguel Escoto Lopez
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