Ecografia de páncreas y bazo
Durante todo el diplomado la estructura que represento mayor problema en la evaluación ecográfica, disminuyendo el grado de dificultad para localizarlo, al buscar su relación con estructuras tubulares que nos sirvieron de referencia para su localización (arteria gastroduodenal y conducto colédoco), durante las prácticas no se evidenciaron alteraciones pancreáticas, pero encontramos situaciones en las que la visualización pancreática pudiera complicarse, como el estado pospandrial o la distención intestinal a expensas de gas. Aunque la ecografía no es el método de elección inicial para la evaluación de pancreatitis aguda, existen características ecográficas que pueden orientar nuestro diagnóstico, apoyado de la clínica hacia esta patología, acorde a sus alteraciones ecográficas la podemos dividir en focal y difusa, siendo las características más distintivas la presencia de tejido hipo o anecoico y afilamiento del conducto pancreático o colédoco (esto en presencia de sintomatología grave, en ausencia de sintomatología crónica, se deberá sospechar de lesión maligna en cuyo caso se corroborara con tomografía). La medición de la cabeza del cuerpo y de la cola orientaran también nuestro diagnostico hacia una pancreatitis vs. asa ocupante de espacio en caso de encontrarse por encima de los parámetros normales. También pudiéramos encontrar datos peri pancreáticos que apoyen el diagnostico de pancreatitis como la colección de líquido peri portal. La prevalencia de seudoquistes pancreáticos hace importante mencionarlos como parte de las patologías vistas durante las presentaciones teóricas, en los articulo presentados se referían a la mayor parte de los casos como imágenes hiperecogenicas intramurales con pared edematizada y con aumento de espesor a expensas de edema y de los propios seudoquistes, en el otro artículo presentado se hacía referencia a un caso clínico de obstrucción del conducto pancreático, por un cálculo el cual se representaba como un foco ecogeno brillante con sombras acústicas (características distintivas de los cálculos) con dilatación proximal.
Otro órgano que aprendimos a evaluar mediante el rastreo abdominal es el bazo, la esplenomegalia se puede valorar con diámetros por encima de los parámetros considerados normales o en base a su relación con otros órganos, por ejemplo el hígado el cual pudiera dar la apariencia de continuación con un bazo grande, o alteraciones en el contorno del mismo bazo, en relación a un aumento acentuado de solo una región en ciertas situaciones se visualizara una esplenomegalia muy obvia por rebasar los límites en relación a otros órganos o cuadrantes correspondientes; por otro lado los quistes tendrán las mismas características que los quiste visualizados en otros órganos (ecoestructura anecoica, sin reforzamiento posterior o sombra acústica) con las variantes propias de los quistes como puede ser la calcificación de la pared (quistes hidatídicos “quemados” o postraumáticos), capas en declive más ecogenas (que pueden deberse a ecos procedentes de cristales de colesterol y restos dentro del quiste que imitan una lesión sólida, como en el caso de los quistes epidermoides); en el bazo también podemos identificar mediante la ultrasonografía abscesos los cuales van a presentar características variables, según la etiología, pudiendo encontrar acumulaciones de gas con sombra sucia con bacterias productoras de gas, pequeños ecos brillantes y/o arterias esplénicas calcificadas en el caso de la sarcoidosis. Como en cualquier órgano el bazo puede presentar displasias y su posterior conversión maligna ya se primaria o metastasica.
Artículo escrito por el Dr. Mariano Cruz Cruz