Hidronefrosis fetal
Se define por presentar dilatación anormal del sistema colector (pielocalicial), cuyas causas más comunes son la fisiológica o la transitoria (48%) que se resuelven de manera espontánea. Pero también existen la obstrucción de la unión pieloureteral (11%), pelvis extrarrenal (15%) reflujo ureterovesical y megauréter (9%), ureterocele y riñón doble (2%) y valvas uretrales posteriores (1%).
La complicación más frecuente el deterioro de la función renal.
El USG como estudio de elección desde el período pre y postnatal para establecer el dx.
Las anomalías del conducto urinario constituyen el 20% de todas las malformaciones congénitas, en particular la hidronefrosis entre ellas con una incidencia del 2 a 5.5 % y con una prevalencia al nacimiento de 0.5 a 4.5%.
Como repaso las tres principales causas a descartar, transitoria, obstrucción pieloureteral y el reflujo vesicoureteral.
Solo del 17-30% son bilaterales y se considera de mal pronóstico prenatal causa importante de oligohidramnios en el segundo y tercer trimestre del embarazo y post natal la más importante causa de daño renal permanente.
PATOGÉNESIS:
Se cree que el papel de la progesterona que fisiológicamente relaja la musculatura lisa de la vía urinaria y este efecto se propaga al feto.
EVALUACIÓN:
Los riñones se pueden evaluar mediante transductores convexos en la exploración abdominal o transvaginal desde la semana 13 o 14 de gestación, a la semana 17 o 18 son hipoecoicos en comparación con el hígado o páncreas. La hiperecogenicidad disminuye desde la semana 20, mientras la diferenciación de la corteza-médula aparece de manera gradual y es más específica del 3er trimestre.
La vejiga se observa alrededor de la 9ª o 10ª SDG cuando comienza la producción de orina.
Hasta hoy no existe un consenso que determine parámetros ultrasonográficos relevantes en la hidronefrosis fetal; sin embargo, se tienen diversas clasificaciones que estadifican la dilatación del sistema colector. Las más aceptadas son: la medición del diámetro anteroposterior de la pelvis renal y la clasificación de la Sociedad de Urología Fetal.
Según este organismo se considera hidronefrosis antes de la semana 24 SDG al diámetro AP de la pelvis renal de 4mm y después de la 24SDG 10mm.
La sensibilidad del USG es del 80% y sus falsos positivos son del 15%.
Es importante tener en cuenta en la evaluación del 3er trimestre.
Además del grado de dilatación renal e consideran otros factores que ayudan a definir el pronóstico, como afectación de ambos riñones, displasia renal y obstrucción del conducto urinario (90%), oligohidramnios, hipoplasia pulmonar, alteración de la función renal, entre otras anomalías congénitas.
La máxima terapéutica es preservar la función renal, para lo cual la evaluación por USG in útero y la terminación temprana del embarazo, claro en los casos graves.
La detección prenatal de hidronefrosis es un indicador de enf renal en el neonato. Cuando el manejo no se establece oportunamente o no es adecuado puede resultar en pielonefritis, obstrucción del conducto urinario e IR.
Durante el primer trimestre del embarazo la placenta (corion y amnios) produce el líquido amniótico, pero después de las 15 semanas de gestación los riñones fetales producen la mayor cantidad de líquido, por lo que el índice de líquido amniótico y el desarrollo pulmonar normales se consideran signos indirectos del funcionamiento renal. El ultrasonido debe realizarse después del periodo fisiológico de resolución de la hidronefrosis, es decir, de 3 a 5 días después del nacimiento, sin olvidar que la hidronefrosis transitoria es de 48% durante el periodo posnatal.
El tratamiento quirúrgico se indica en los pacientes cuya evolución permanece en los grados III y IV de la Sociedad de Urología Fetal, con deterioro de la función renal y síntomas concomitantes (dolor o infección).