Higroma quístico del cuello
El higroma quístico es una malformación congénita, que consiste en uno o más espacios linfáticos llenos de líquido. Se puede observar en recién nacidos sanos y está asociado a trastornos de tipo genético. Su incidencia es relativamente baja, aproximadamente de 1 por 50,000 nacimientos. El higroma quístico puede diagnosticarse con seguridad por ecografía en el segundo trimestre del embarazo. Se identifica como una masa que surge del cuello posterior o lateral y puede diferenciarse de otras causas (encefalocele posterior o meningocele occipital, mielomeningocele, teratoma quístico benigno, quiste subcoriónico placentario, edema de la nuca, hemangioma, teratoma o cordón umbilical) por un cráneo y columna íntegra, falta de componente sólido, posición constante respecto a la cabeza fetal y presencia de cavidad y septo dentro de la masa. El higroma quístico también se asocia con linfedema (69 %), hidrops (46 %), oligoamnios (68 %) y otras anomalías, como retardo de crecimiento intrauterino, cardíacas, polihidramnios, etc. En todos los casos existe disminución o ausencia de movimientos fetales. No hay tratamiento fetal para el higroma quístico y el mejor método de investigación citogénica es la biopsia del vello coriónico, y está indicado, en los lugares si es permitido, la interrupción del embarazo.
Comentario:
En el último trimestre del embarazo se diagnostica por ultrasonografía una tumoración en el cuello del feto y se pone a la madre en trabajo de parto espontáneo 1 semana después del ultrasonido. Transcurría la semana 32 de la gestación, no se había concluido el diagnóstico prenatal y la embarazada parió un feto pretérmino de bajo peso, fallecido. Al examen físico se constata una tumoración lobulada en el cuello, grande, con localización en zonas laterales del cuello y extensión al centro, de consistencia blanda. El peso del feto fue de 2 000 g. En el estudio anatomopatológico se comprueba que dicha tumoración se corresponde a un higroma quístico del cuello.