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Infecciones bacterianas y sistémicas

Las bacterias pueden afectar a la función hepática por invasión biliar o del parénquima, o como manifestación sistémica de bacteriemia o endotoxemia. La afectación hepática puede variar desde alteraciones mínimas de las pruebas de función hepática hasta el fallo hepático con insuficiencia hepatocelular severa.

Repercusión hepática en la infección bacteriana sistémica extrahepatica

La patogenia de las alteraciones hepáticas halladas en el transcurso de una infección extrahepática no está totalmente aclarada y pudiera deberse a más de un factor entre ellos: defectos aislados en la excreción de bilirrubina conjugada, por lesión hepatocelular, acción de endotoxinas en infección por gérmenes gramnegativos, cambios en el flujo sanguíneo hepático acción de toxinas específicas y la asociación en un paciente del uso de fármacos con potencial hepatotóxico, nutriciones parenterales o transfusiones sanguíneas.

Manifestaciones clínicas

Fiebre con escalofríos, Ictericia, aumento de bilirrubina directa, fosfatasas, alcalinas y transaminasas hepatomegalia, clínica del proceso infeccioso originario.

Afectación hpatica por bacterias entéricas

La fiebre tifoidea, causada por Salmonella typhi, es una infección sistémica que puede afectar al hígado. Los pacientes pueden presentar un cuadro similar a una hepatitis, con fiebre y hepatomegalia.

La liberación de citosinas por las células de Kupffer ante el estímulo de endotoxinas o gérmenes es el inicio de la cascada inflamatoria causante de la alteración hepática.

En la fiebre paratifoidea, infección por Shigella sp. y Campylobacter, puede darse alteración hepática.

La yersiniosis infección por Yersinia enterocolitica se presenta como ileocolitis en niños y como ileítis terminal y adenitis mesentérica en adultos. Sólo excepcionalmente causan disfunción hepática.

Afectación hepática en infecciones sistémicas

Staphylococcus aureus puede causar afectación hepática por 2 mecanismos: a) mediante el desarrollo de una sepsis bacteriana y b) como consecuencia de un síndrome de shock tóxico.

La infección de heridas por Clostridium perfringens y sus toxinas puede producir gangrena gaseosa, sepsis postaborto y hemólisis masiva.

Afectación hepática en las neumonías bacterias

La neumonía producida por Legionella pneumophila cursa con afectación multisistémica.

Se da un aumento de FA y la transaminasa glutámico pirúvica La histología es inespecífica con infiltración portal y sinusoidal por neutrófilos, y es más rara la hiperplasia de las células de Kupffer y la necrosis centrolobulillar.

La neumonía por Mycoplasma pneumoniae suele presentar una disociación clínico radiológica.

La presencia de crioaglutininas frías produce hemólisis, con la consiguiente anemia e ictericia, que suele aparecer en el curso de la segunda o tercera semana desde el inicio de la enfermedad, cursa con hiperbilirrubine mia indirecta, GPT y FA normales. En algunos casos, puede aparecer hipertransaminasemia moderada sin hiperbilirrubinemia.

Afectación hepática por enfermedades de transmisión sexual

Neisseria gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis suelen causar uretritis o cervicitis, pero también pueden originar enfermedad inflamatoria pélvica.

Puede sospecharse por imagen mediante la realización de una tomografía computarizada y se confirma por laparoscopia al observar las adherencias entre el hígado y la pared abdominal.

Afectación hepática en las infecciones sistemas por espiroquetas

En la sífilis secundaria la afectación hepática es característica. La frecuencia de hepatitis oscila entre el 1 y el 50%, y es característica una elevación muy marcada de la FA, mientras que las transaminasas y la bilirrubina pueden elevarse en valores más discretos.

La leptospirosis es una enfermedad producida por espiroquetas del género Leptospira. En el síndrome de Weil aparece ictericia con valores de bilirrubina que pueden llegar a 30 mg/dl fiebre, hipertransaminasemia moderada, insuficiencia renal y complicaciones hemorrágicas secundarias a formación de complejos inmunitarios.

La enfermedad de Lyme, causada por Borrelia burgdorferi, cursa con afectación hepática en alrededor del 20% de los pacientes, y éstos presentan hepatoesplenomegalia y un aumento aumento moderado de transaminasas. Borrelia recurrentis es la causa de la fiebre recurrente, que es una enfermedad multisistémica. Puede observarse hepatoesplenomegalia en más del 60% de los casos.

Afectación hepática por infecciones sistémicas producidas por otras bacterias

La infección por Listeria monocytogenes afecta fundamentalmente a neonatos, inmunodeprimidos, pacientes alcohólicos y embarazadas, y cursa habitualmente como sepsis y/o meningitis.

En la brucelosis, la alteración de las pruebas de función hepática es común con hipertransaminasemias leves.

La fiebre de las Montañas Rocosas y la fiebre Q producida por Coxiella burnetti son 2 enfermedades febriles sistémicas que pueden cursar con afectación hepática.

La enfermedad por arañazo de gato puede afectar al hígado, especialmente en pacientes inmunodeprimidos.

Artículo escrito por la Dra. Adriana Lizeth Oceguera

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