Manejo de los pólipos de la vesícula biliar.
Manejo de los pólipos de la vesícula biliar
Los pólipos de la vesícula biliar son frecuentemente diagnosticados en ecografías abdominales de rutina. Se definen como cualquier proyección de la mucosa en la luz de la vesícula biliar, independientemente de su potencial neoplásico. Muchos de estos pólipos se descubren incidentalmente después de una colecistectomía por cálculos biliares o cólico biliar. Se estima que su prevalencia es del 5% y puede variar según las características demográficas.
Clasificación
En 1970 se propuso una clasificación de los tumores benignos y pseudotumores de la vesícula biliar. Los tumores benignos incluyen adenomas, lipomas, hemangiomas y leiomiomas. Los pseudotumores benignos comprenden adenomiomas, pólipos de colesterol e inflamatorios, y la presencia de mucosa heterotópica del estómago, páncreas u hígado.
La clasificación actual divide los pólipos en neoplásicos (adenomas, carcinoma in situ) y no neoplásicos, siendo estos últimos el 95% de las lesiones. El más común de los pólipos no neoplásicos son los pólipos de colesterol, que se forman por la infiltración de la lámina propia por macrófagos cargados de lípidos.
La adenomiomatosis de la vesícula biliar es una hiperplasia benigna que representa aproximadamente el 25% de los pólipos, siendo más común en el fundus y habitualmente solitaria, con un tamaño de 10 a 20 mm. Los pólipos inflamatorios, representando el 10% de los casos, son el resultado de la inflamación crónica y suelen ser menores de 10 mm.
Presentación clínica
En general, los pólipos de la vesícula biliar no generan síntomas. Sin embargo, pueden ser la causa de cólicos biliares en algunos casos.
Factores de riesgo
Los síndromes de poliposis congénitos y la hepatitis B crónica pueden aumentar el riesgo de desarrollar pólipos de la vesícula biliar. Los factores de riesgo para pólipos malignos incluyen la edad, presencia de cálculos biliares, colangitis esclerosante primaria, tamaño del pólipo superior a 6 mm y características como la condición solitaria y sésil.
Diagnóstico
La mayoría de los pólipos de vesícula biliar se diagnostican mediante ecografía abdominal, presentándose como imágenes hiperecogénicas en la luz vesicular. Otras modalidades de imágenes como la ecografía de alta resolución, la endoscopia y la tomografía computada también pueden ser útiles en casos específicos.
Resumen
El manejo de los pólipos de la vesícula biliar busca prevenir el desarrollo de carcinoma. En muchos casos sintomáticos, se recomienda la colecistectomía. Determinar el potencial maligno de los pólipos es crucial, considerando factores como el tamaño, la edad y la presencia de cálculos biliares en el paciente.
Opinión
El ultrasonido abdominal se destaca como una herramienta sensible, accesible y menos invasiva en el diagnóstico de patologías abdominales, incluyendo los pólipos de la vesícula biliar.
Artículo escrito por la Dra. Vania Gasca Saucedo
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