Pancreatitis aguda.
Pancreatitis Aguda
La pancreatitis aguda se caracteriza por una destrucción progresiva e irreversible del páncreas, generalmente causada por episodios repetidos de pancreatitis leve o subclínica, asociados a un alto consumo de alcohol o a enfermedades del tracto biliar.
En el caso de la pancreatitis alcohólica crónica, el consumo excesivo de alcohol puede provocar un aumento en la secreción de proteínas pancreáticas, lo que conduce a la formación de tapones ricos en proteínas dentro de los conductos pancreáticos. Esto ocasiona la pancreatitis calcificada crónica, caracterizada por la proliferación de tejido conectivo fibroso alrededor de los conductos, formando cicatrices que resultan en una estructura irregular y nodular, así como en la formación de cálculos pancreáticos.
Los hallazgos en ecografía pueden incluir cambios en el tamaño y la textura del páncreas, lesiones con apariencia de masa, calcificaciones, dilatación del conducto pancreático y formación de seudoquistes. Dependiendo del tipo de pancreatitis, la ecotextura puede mostrar una combinación de áreas hipoecoicas e hiperecoicas, junto con un aumento de tamaño y tortuosidad del conducto pancreático en la pancreatitis crónica.
Las calcificaciones pancreáticas, principalmente intraductales, se deben a la acumulación de carbonato de calcio en tapones intraductales de proteínas. Se pueden observar tres fases de calcificaciones a lo largo del curso de la enfermedad.
Se describen seudoquistes pancreáticos en un porcentaje significativo de casos, los cuales tienden a delimitarse mejor y a resolverse espontáneamente. Otros hallazgos asociados pueden incluir la dilatación del conducto colédoco y la presencia de trombosis venosa portoesplénica.
Neoplasias Pancreáticas
El adenocarcinoma pancreático es la cuarta causa principal de muerte por cáncer en Estados Unidos. Suele ser poco frecuente en personas menores de 40 años, manifestándose con más frecuencia después de los 60. Presenta un pronóstico desfavorable, con una mediana de supervivencia de 1 año y un tiempo de vida de 2 a 3 meses desde el diagnóstico.
Los síntomas del adenocarcinoma pancreático varían según su localización:
- Cabeza del páncreas: se manifiesta tempranamente por la obstrucción de los conductos biliares, presencia de ictericia (signo de Courvoisier) y una vesícula biliar palpable pero indolora.
- Cuerpo y cola del páncreas: los síntomas suelen aparecer más tardíamente y son menos específicos, incluyendo pérdida de peso, dolor abdominal, ictericia, vómitos, diabetes y malabsorción.
Todos los adenocarcinomas pancreáticos se originan en el epitelio ductal y pueden presentar una consistencia nodular. La ecografía puede mostrar diferentes características según la localización del tumor y su comportamiento.
Los hallazgos ecográficos y de Doppler pueden revelar signos como dilatación del conducto pancreático, dilatación de la vía biliar, compresión de la vena cava inferior, presencia de pancreatitis asociada, y atrofia del tejido pancreático.
La estadificación de los carcinomas pancreáticos es fundamental para determinar su resecabilidad. La cirugía es el tratamiento de elección en casos resecables, pero la afectación arterial puede ser una contraindicación.
En el diagnóstico diferencial, se deben considerar entidades como la pancreatitis focal y las masas focales asociadas a la pancreatitis crónica.