Pesquisa de cáncer de próstata en 8 áreas de salud de la provincia de Santiagode Cuba
El cáncer es un problema de salud mundial, cuyas tasas de incidencia y mortalidad varían de país en país. En el sexo masculino dicha enfermedad maligna más común se localiza en la próstata.
La neoplasia de próstata se mantiene de manera asintomática por varios años y su historia natural no está bien esclarecida y los síntomas más frecuentes no son exclusivos de la enfermedad, cuando aparecen puede haberse diseminado más allá de dicha glándula.
El avance en la medicina hace posible la predicción de los resultados mediante el uso de nuevas tecnologías. En el caso de la próstata se cuenta con un marcador bioquímico:el antígeno prostático específico (PSA: prostate-specificantigen), que es una proteína sérica de 34 kilodaltons, sintetizada por células epiteliales del sistema ductal prostático;es más abundante en el semen, pero una pequeñísima proporción de este PSA pasa a la circulación sanguínea y precisamente es la que se mide para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del cáncer de próstata. Hecha la observación anterior, los niveles en sangre de los pacientes sanos son más bajos, pero se elevan cuando existe enfermedad prostática.
Los valores de referencia apara el PSA sérico varían según los distintos laboratorios, aunque normalmente estos se sitúan en 4 ng/mL3. Los estudios de pesquisa de cáncer de próstata han generado numerosos debates entre la comunidad científica, principalmente sobre el impacto que pueden tener en la disminución de la mortalidad por esta neoplasia; sin embargo, es un tumor bien localizado y, por tanto, la persona afectada tiene mayor posibilidad de ser curada.
En el Programa Nacional para el Diagnóstico Precoz del Cáncer de Próstata, por esto precisamente constituye un problema sanitario debido a tabúes de la población; sin embargo, debe destacarse que el antígeno prostático especifico ha sido avalado por varios autores en la detección precoz de esta enfermedad y ha permitido mejorar los propósitos en cuanto al diagnóstico, estadio y monitoreo de los pacientes en los que se sospecha la existencia de un carcinoma prostático o ya se ha confirmado la afección.
Esta investigación se realizó en pacientes aparentemente sanos, que no presentaban síntomas o signos de la afección, por lo que la alteración en la prueba ocasionó mayor interés de estos por continuar efectuándose los exámenes, entre ellos el tacto rectal; este último en combinación con el antígeno prostático especifico permiten que el médico obtenga mayor porcentaje de positividad en las biopsias y el diagnóstico sea más certero, además se ahorran recursos y se evita un proceder innecesario en el paciente. Durante la segunda etapa de la casuística existió mayor aceptación por la comunidad, incluso se observó que a medida que avanzaba esta investigación, los pacientes que no estaban todavía incluidos en la pesquisa activa, solicitaban realizarse el estudio. Sin embargo, se insistió en los pacientes que no se habían realizado el examen, porque decían no tener tiempo, para que se lo efectuaran.
Este resultado coincide con lo planteado en un estudio sobre los aspectos psicosociológicos de los métodos de pesquisa masivo en cáncer y se puso de manifiesto que los tabúes psicosociales constituyen el obstáculo mayor al éxito de esta campaña.
No obstante, como refieren Carbadillo Rodríguez. La característica progresiva de la enfermedad y el paulatino envejecimiento de la población inevitablemente supondrán un incremento de sus tasas de prevalencia y, por ende, de los costes sanitarios relacionados con los mismos derivados de su morbilidad y repercusión, tanto laboral como sociosanitaria. Se hace necesaria, por tanto, una mayor divulgación de los resultados de estudios sobre el examen de antígeno prostático específico que permitan a la población de riesgo y al personal médico conocer sus beneficios y mantener la realización anual de esta prueba mediante los consultorios médicos de familia. Las acciones sistemáticas de salud propiciarán el éxito en los programas de cáncer, siendo la atención primaria de salud el “eslabón” fundamental en esta labor.
Artículo escrito por el Dr. Pedro Mojica Mondragón