Quiste esplénico verdadero
Los quistes esplénicos son una enfermedad rara; a nivel mundial se han informado menos de 1000 casos. La clasificación más utilizada en la práctica clínica es la de Martín, que los clasifica como primarios y secundarios. Los primarios a su vez en parasitarios y no parasitarios y estos últimos, en congénitos y neoplásicos.
La patogenia de los quistes esplénicos verdaderos es desconocida, pero se considera que hay una alteración durante el desarrollo embrionario del bazo. La mayoría de ellos son asintomáticos y se diagnostican de manera incidental.
Cuando son sintomáticos, se presentan con manifestaciones secundarias al efecto de masa con dolor, nausea, vomito, síntomas respiratorios y urinarios.
En ocasiones, llegan a generar complicaciones como ruptura, hemorragia o infección.
Se recomienda tratamiento quirúrgico para los pacientes sintomáticos o con quistes mayores de 5 cm.
Actualmente hay una tendencia hacia la esplenectomía parcial, con el fin de conservar la función inmunológica esplénica y prevenir complicaciones infecciosas pos-esplenectomía.
El tratamiento de elección es la esplenectomía parcial laparoscópica en tanto que la total se reserva para quistes muy grandes, casi completamente cubiertos por parénquima esplénico, situados en el hilio esplénico o por quistes múltiples.
El bazo sufre cambios quísticos con menos frecuencia que cualquier otra víscera abdominal.
Los quistes esplénicos son entidades raras.
Los quites esplénicos se clasifican con base en la presencia o ausencia de un recubrimiento epitelial en primarios o verdaderos y secundarios, falsos o pseudoquistes. Los quistes verdaderos tienen un recubrimiento epitelial o mesotelial y los pseudoquistes no tienen recubrimiento celular, únicamente está presentan una capsula fibrosa.
Los quistes no parasitarios incluyen al quiste epidermoide, quiste dermoide, linfangioma quístico y hemangioma quístico. El quiste esplénico epidermoide representa 90% de los quistes primarios no parasitarios, mientras que el quiste dermoide representa la mayoría del resto de los casos.
En muchos casos, los quistes esplénicos han resultado de trauma abdominal sufridos más de 10 años antes de la cirugía. Otras etiologías propuestas son infecciones, hemorragias e infartos.
La distinción preoperatoria entre los quistes esplénicos primarios y secundarios es difícil, el diagnóstico exacto solo es anatomopatologico.
La patogenia de los quistes esplénicos congénitos es controversial. Se sugiere que en el periodo embrionario, porciones de la capsula esplénica mesotelial se invaginan hacia el interior del parénquima esplénico; con el paso del tiempo sufrirán distinto grado de metaplasia escamosa. De esta manera los quistes epidermoides son malformaciones congénitas, de tipo quístico, originadas a partir del mesotelio.
Con relación a los quistes esplénicos secundarios a traumatismos, se propone que el trauma da lugar a una hemorragia intraparenquimatosa o un hematoma subcapsular esplénico.
El diagnostico se hace con base en la historia del paciente, el examen físico y los hallazgos en los estudios de imagen. Los estudios diagnósticos de elección son el USG y la TC abdominal, los cuales proporcionan información sobre la morfología, composición, localización y relación con órganos vecinos.
Los quistes esplénicos no producen alteraciones en los estudios de laboratorio.
En cuanto al seguimiento, se propone realizar un US cada tres meses después de la cirugía para excluir reaparición del quiste y medición de Ca 19-9, tres meses después de la cirugía para excluir la reaparici6n del quiste epidermoide congénito.
Artículo escrito por el Dr. Rafael Enrique Alvear Saltaren