Recomendaciones prácticas para un examen de ultrasonografia
Para un estudio ultrasonográfico es importante preguntar antecedentes patológicos y signos y síntomas actuales. Principalmente quirúrgicos ya que si existe una colecistectomía o nefrectomía, puede existir error durante la revisión. El estudio abdominal siempre se hará completo.
La revisión debe iniciarse en la región pélvica, ya que la vejiga debe vaciarse lo más pronto posible, para evitar incomodidad del paciente. Se debe explicar la forma en que se realizará el estudio mencionando el fundamento que consiste en diferenciar los sólidos de los líquidos, los cuales se ven en gris y negro respectivamente.
Se recomienda descubrir la región que va a ser explorada en forma estrictamente necesaria y con actitud de atención al enfermo. Debe llenarse la vejiga, sin exceder ya que se usa como ventana acústica. El examen postmiccional aportará datos importantes respecto a la capacidad de vaciamiento de la vejiga. El transductor se aplica a nivel de la esta para ver las estructuras pélvicas.
Después se continuara revisando el abdomen superior. Puede iniciarse la exploración del hígado por vía intercostal así como subcostal con diferentes orientaciones del transductor, en seguida se estudian las vías biliares en forma ordenada y metódica la cual sebe observarse en diferentes ángulos sin omitir el eje longitudinal y transversal, puede revisarse con cambios de posición del paciente para no pasar por alto algunos cálculos ocultos a nivel del cuello vesical y para hacer la diferenciación entre cálculos y pólipos los cuales tendrán movilidad y los pólipos permanecerán fijos.
El examen debe realizarse con ayuno de seis a ocho horas, eventualmente se puede dar dieta de boyden para valorar la contractilidad de la vesícula biliar.
Posteriormente se revisa la glándula pancreática que se observa delante de la vena esplénica y por detrás de la cara posterior del estómago. La forma de bastón y su alta ecogenicidad permite su ubicación. El estómago se observa ecogénico en su luz con una pared ecolucida circundando el contenido gástrico. El estómago es útil como referencia para localizar al páncreas, inmediatamente por detrás, la cola del páncreas puede ser revisada con el paciente en decúbito ventral, utilizando al riñón izquierdo, como ventana acústica. Se observa en un corte longitudinal como una imagen redondeada u ovoide en contacto con el contorno anterior del polo superior del riñón izquierdo.
Posteriormente se puede examinar el riñón derecho, luego el bazo y el riñón izquierdo, este ultimo puede revisarse en decúbito dorsal, sin embargo es recomendable hacer la revisión en decúbito ventral ya que la trasmisión del sonido es más comparativa y permite realizar las dimensiones de los diferentes ejes, así como el espesor de la corteza renal.
En forma inmediata se deberá escribir el resultado y explicarle al paciente los hallazgos del examen.
RESPECTO AL EXAMEN RADIOLÓGICO DE COLECISTOGRAFIA
La colecistografía consiste en la administración oral de medio de contraste el cual va a ser concentrado paulatinamente por la vesícula biliar. Transcurrirán unas horas para alcanzar la concentración máxima trayendo aumento en la intensidad radiológica de la bilis. Este aumento indica que la función de concentración de la vesícula biliar esta conservada pudiendo detectar un proceso inflamatorio agudo. Con este estudio se observa la densidad radiológica de la bilis, lo que permite valorar cualitativamente la capacidad de concentración de la pared vesicular y analizar cambios intraluminales, presencia de cálculos, pólipos o neoplasias; con este método no es posible sin embargo observar la pared vesicular por su densidad radiológica. En la ultrasonografía puede haber error en el numero y dimensiones de los cálculos, no así en la colecistografía, los cuales se presentan como defectos de llenado intraluminal.
Los estudios de tipo obstétrico son los que predominan. Obligando al ultrasonografista a someter a la articulación del hombro a cambios posturales, ya que el haz del ultrasonido debe incidir en diferentes ángulos y direcciones en una superficie hemisférica, representada por el abdomen gestante.
Es recomendable que la mesa de exploración no tenga una altura superior a 50 cm y el banco una altura convencional a 40 cm dependiendo de la estatura del ultrasonografista, es conveniente que la posición sea con flexión de 90° de las extremidades inferiores y mantener recto el tronco. El transductor debe ser sujeto con seguridad sin exceder en fuerza, descansando la mano con el transductor sobre la persona examinada, para que el peso sea soportado parcialmente por el paciente. Utilizar suficiente gel, para el deslizamiento y la trasmisión del ultrasonido con suavidad. Evitar rotaciones extremas de la articulación del hombro.
Elegir diferentes transductores. Es recomendable utilizar el transductor con frecuencia apropiada de funcionamiento, lo que depende de la profundidad de la estructura anatómica. Existen transductores pesados como el utilizado en ultrasonografía tridimensional, siendo difíciles de asir y de movilizar, lo que dificulta el contacto con el gel y lo hace resbaladizo.
Artículo escrito por la Dra. Maribel Santos Montero