Ultrasonografía en procedimientos invasivos
1. Procedimientos diagnosticos. El diagnóstico de algunas infecciones congénitas (toxoplasmosis, rubéola, citome-galovirus, varicela-zóster, parvovirus), al igual que el diagnóstico de algunas coagulopatías (hemofilia A y B, enfer-medad de von Willebrand, desórdenes plaquetarios y hemoglobinopatías), constituyen otras indicaciones de cor-docentesis. El RCIU severo y precoz, especialmente si se acompaña de polihidroamnios o alguna anomalía anatómi-ca, ha surgido recientemente, como otra indicación de cordocentesis, con miras a descartar una cromosomopatía.
2. Procedimientos terapeuticos invasivos guiados por ultrasonido. La excepción la constituye la transfusión de san-gre al feto con enfermedad hemolítica perinatal. Este procedimiento terapéutico invasivo ha sido el más difundido desde que Liley describiera la técnica de transfusión intraperitoneal fetal en 1963. Sin embargo, ésta ya ha sido reemplazada por la transfusión fetal intravascular (TFIV) guiada por ultrasonografía, que es el procedimiento tera-péutico invasivo que más vidas fetales ha salvado.
Otras enfermedades fetales congénitas o adquiridas han sido objeto de tratamientos intrauterinos. De ellos, la colocación de shunt vésico-amniótico en el tratamiento paliativo del síndrome de válvula uretral posterior, parece tener un beneficio evidenciable. También se ha intentado la corrección de la válvula uretral por medio de cirugía endoscópica, con resultados variables.
En conclusión, la ultrasonografía de alta resolución ha hecho posible la práctica de procedimientos invasivos fetales con fines diagnósticos y terapéuticos. Los primeros se han probado de gran utilidad práctica. La eficacia de los se-gundos, en cambio, aún no ha sido demostrada categóricamente, con excepción de la TFIV, cuya eficacia terapéuti-ca nadie pone en duda.