Utilidad de ultrasonido transrectal en el diagnóstico del cáncer prostático
Watanabe y otros en 1968 describieron imagenológicamente la próstata con sonografía endorectal. Uno de los primeros avances fue la silla, que llevó su nombre, con un transductor colocado en su centro, el cual era guiado dentro del recto mientras el paciente se sentaba. Los primeros estudios se concentraron en examinar la apariencia ultrasonográfica de la hiperplasia prostática, carcinoma de próstata, prostatitis, abscesos y cálculos prostáticos.
El primer estudio ultrasonográfico para la detección del cáncer prostático fue realizado por Cooner y otros en 1990. El valor principal del ultrasonido transrectal (USTR) es el de visualizar con mayor claridad la glándula prostática en hombres de alto riesgo de contraer la enfermedad. También tiene mucha utilidad para guiar las biopsias hacia las zonas sospechosas y para conocer la extensión local del cáncer de la próstata.
Se realizó un estudio descriptivo-prospectivo de 158 pacientes que fueron ingresados o atendidos en la consulta externa del Servicio de Urología del Hospital Militar Central Dr. Carlos J. Finlay, desde mayo de 2002 hasta enero de 2004, y en los cuales se sospechó clínicamente cáncer de la próstata. Los pacientes fueron examinados por el especialista en Urología, quien definió la indicación del USTR.
En el Departamento de Imagenología de este hospital, se le llenó a cada uno una encuesta y se le realizó un ultrasonido transabdominal en busca de alteraciones relacionadas con el cáncer de próstata, como repercusión a nivel renal, vesical o metástasis. Con posterioridad se les realizó el USTR para lo cual se empleó un equipo de tiempo real, sectorial marca MEDISON, Modelo SONOACE 6000 con un transductor transrectal de 6,5 mhz.
Próstata normal: próstata de ecoestructura homogénea, de bordes regulares, que no sobrepase un volumen de 20 mL.
Próstata nodular: próstata con nódulos hipoecoicos, hiperecoicos o isoecoicos, con bordes regulares o irregulares con calcificaciones o sin ellas, con ecoestructura homogénea o heterogénea.
Para la evaluación de la próstata en busca de un cáncer se tuvo en cuenta una serie de factores como son:
– La ecogenicidad y la simetría de la glándula.
– Evaluación de los tejidos periprostáticos.
– Evaluación de los haces neurovasculares.
– Evaluación de las vesículas seminales.
– Evaluación del ápex prostático.
– Evaluación de los conductos eyaculadores.
– Evaluación de los ganglios linfáticos periprostáticos.
A los pacientes con algún signo de sospecha por el USTR se les realizó biopsia mediante punción aspirativa con aguja fina según el método descrito por Kline.20
El grupo de 71-80 años de edad predominó con 58 pacientes para el 36,7 % y la raza negra con 74 casos para el 46,9 % del total.
Analizando raza y edad de conjunto se aprecian diferencias tales como que proporcionalmente los pacientes estudiados fueron más en la raza negra de 71-80 años que en la raza blanca y la mestiza. Además en la edad de 61-70 años los porcentajes de raza negra fueron proporcionalmente, prácticamente la mitad de los blancos y mestizos. Lo mismo se aprecia en el grupo de edad de 51-60 años. No obstante las diferencias observadas no son estadísticamente significativas (chi cuadrado= 17,194; p > 0,05). Esto permite plantear que los grupos pueden ser comparados entre sí.
En relación con los pacientes a los que se le confirmó el diagnóstico del cáncer prostático de nuestra serie se ve que en los pacientes menores de 50 años no presentaron casos de cáncer. A partir de 51 años de edad la frecuencia de cáncer se incrementa proporcionalmente con la edad.
COMENTARIO
A pesar de que el USTR no muestra el 100 % de efectividad en el diagnóstico del cáncer de la próstata, se le debe emplear cada vez más, ya que tiene un costo relativamente bajo, es bien tolerado por los pacientes y brinda la oportunidad de realizar biopsias dirigidas a zonas sospechosas de la glándula, pues constituye el método imagenológico de elección actual para el estudio de esta afección.