Diagnostico ultrasonografico de placenta accreta
Este es un artículo de revisión publicado por el Departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital William Beaumont, Oaklahoma USA. La placenta accreta con sus variantes increta y percreta son una causa importante de hemorragia en el segundo y tercer trimestre de gestación representando hasta el 50% de las histerectomías periparto de emergencia. El principal factor de riesgo es la cesárea previa, también lo son: edad materna mayor de 35 años, cirugía uterina previa, multiparidad, placenta accreta previa y síndrome de Asherman. Los hallazgos ultrasonográficos de placenta accreta pueden encontrarse a partir de las 18 semanas de gestación y son: la presencia de lagunas vasculares largas y delgadas, las cuales al aplicarles ultrasonido doppler muestran flujo vascular. El hallazgos de lagunas vasculares tienen una sensibilidad del 93% y un valor predictivo positivo del 93%. Otro hallazgo es el adelgazamiento ó ausencia de la “zona clara” que representa a la decidua basal entre la placenta y el miometrio sin embargo su sensibilidad es solo del 7%. La disrupción de la línea entre la vejiga y el útero conocido como “serosa de la vejiga urinaria” se ha mencionado como un signo fehaciente de placenta accreta y estos cambios se explican por el incremento de la vascularidad que acompaña a la placenta accreta. El uso de color doppler es útil para detectar el flujo arterial mixto, característica que refuerza el diagnóstico de placenta accreta. En conclusión los hallazgos al ultrasonido como las lagunas vasculares, el adelgazamiento de “la zona clara”, la disrupción de la “serosa de la vejiga urinaria” y la detección de flujo arterial mixto con el doppler color sin características que sugieren una placenta accreta, principalmente a partir del segundo trimestre de gestación, lo cual ayudaría a planear una futura cesárea.
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