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Detección temprana y diagnóstico del cáncer mamario

El aumento global en la frecuencia del cáncer mamario ha sido más preocupante en las naciones con economías en desarrollo como la nuestra, donde las carencias en infraestructura, culturales y en la comunicación fallan para difundir la gravedad del problema y los mecanismos para su detección precoz y tratamiento adecuado. Las cifras de mortalidad por cáncer mamario en México son desde hace 5 años superiores a las del carcinoma cérvicouterino, que era la primera causa de defunciones por cáncer en la mujer. La aplicación de campañas nacionales de tamizaje con mastografías anuales generalizadas a toda la población femenina superior a los 40 años de edad, ha conseguido en los países desarrollados reducir de manera muy importante la mortalidad por cáncer mamario y ha demostrado ser el método de elección para lograr tal reducción. En nuestra realidad nacional la detección del cáncer mamario se realiza cuando los tumores de la mama son palpables en la inmensa mayoría de los casos, por lo que la autoexploración es el recurso a nuestro alcance.

La medicina preventiva ha permitido aumentar en forma notable el promedio de vida de la población, del mismo modo que la calidad de ésta en nuestro país, como ha ocurrido en todas las naciones en donde se han implementado los programas de vacunación, así como la aplicación de los conocimientos adquiridos al conocer la historia natural de las enfermedades, su prevención y tratamiento.

El cáncer mamario representa un problema de salud universal ya que el riesgo de sufrirlo amenaza al menos al 8% de la población femenina de edad superior a los 40 años.

Los programas de tamizaje han permitido curar de tan terrible enfermedad a un elevado número de mujeres y ha otorgado una mejor calidad de sobrevida en aquellas en el que el avance de la enfermedad no permitió su curación. Esto ha sido posible gracias a los programas de detección temprana de la enfermedad a través de campañas nacionales en las que cada año se realizan mastografías generalizadas a la población abierta femenina a partir de los 40 años de edad.

Los estudios mastográficos realizados en la detección temprana del cáncer mamario, como los que se practican en la población abierta en mujeres asintomáticas de más de 40 años de edad, son llamados “de tamizaje” y constan tan sólo de 4 placas con imágenes craneocaudales y mediolaterales de cada mama, que permiten localizar en forma espacial los hallazgos, que de ser calificados como normales (BI-RADS1 [figura 4]) o benignos (BIRADS2 [figura 5]) , la paciente es citada para su control anual; por otro lado, si los hallazgos en el estudio de tamizaje muestran signos patológicos indeterminados o sospechosos de cáncer (BI-RADSO), la paciente es referida para que se le efectúen proyecciones complementarias, lateral, axilar, etc. o cono de magnificación, que es de gran utilidad para caracterizar las microcalcificaciones y es conocido como mastografía diagnóstica; también es frecuente que para llegar a determinar la naturaleza de una tumoración, sobre todo en mama densa, o si se trata de más de una, necesitamos complementar con ultrasonido u otros estudios adicionales de imagen como la resonancia magnética para llegar a un diagnóstico más certero, pero aun presuncional, y entonces tomar la decisión de realizar una biopsia abierta previo marcaje o señalamiento a través de sistema de coordenadas guiado con RX o ultrasonido, lo cual depende de cuál método es más visible, o biopsias con pistolas con aguja de corte o sistema de corte aspiración en estereotaxia analógica o digital, para así llegar al diagnóstico histológico y plantear el tratamiento. El ultrasonido mamario. Ésta modalidad de imagen es complementaria a la mastografía y no la sustituye para la detección temprana del cáncer mamario, de hecho cuando existen hallazgos mastográficos anómalos es indispensable practicar el ultrasonido para esclarecer el carácter de tales anomalías, y un estudio mamario que carezca de la sonografía es calificado como incompleto y no permite hacer conclusiones diagnósticas. El estudio de ultrasonografía debe ser realizado con un transductor lineal de alta frecuencia de 7.5 MHz o mayores, pues los equipos de ultrasonido de uso abdominal u obstétrico son sectoriales y utilizan transductores de 3.5 MHz que no logran obtener imágenes adecuadas para los estudios mamarios. Como ya se ha dicho, el ultrasonido es un complemento de la mastografía para el estudio de la patología mamaria, aunque en las pacientes menores de 40 años de edad es considerado el método inicial de elección en razón de que no utiliza radiación ionizante. Es un método que permite caracterizar las tumoraciones mamarias y esclarece el que las masas sean sólidas o de contenido líquido (quistes). Permite también detectar signos de malignidad de una masa, ofrece una primera oportunidad de etapificarla y es indispensable para el estudio mamario en los casos de mujeres con mamas compuestas por tejidos densos o muy densos. En ocasiones un tumor maligno es visible únicamente a través de este método de imagen, generalmente la variedad histológica del carcinoma lobulillar infiltrante. También es un complemento indispensable en la paciente con implantes mamarios para valorar la integridad de los mismos y sus complicaciones. Es una herramienta de gran utilidad para efectuar la mayoría de los procedimientos de intervención mamaria como los marcajes y biopsias.

Comentario:

El ultrasonido mamario es un método de detección y complemento para la detección de patologías mamarias, así como el diagnóstico de cáncer, seguimiento y apoyo en manejo de intervención, es un artículo muy gráfico y didáctico.

Artículo escrito por la Dra Gómez Hernández Leslie Nohemí  

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