Validez y precisión del Ultrasonido como método diagnóstico del cáncer de tiroides
Los Nódulos tiroideos son muy comunes en la población general, del 4-8% se detectan mediante palpación, hasta 67% se detectan por hallazgos sonográficos y el 50% mediante examen patológico de autopsia.
La mayoría de estos son benignos (hiperplasias nodulares y adenomas) pero el 5-7% son malignos, el carcinoma papilar de tiroides representa aproximadamente el 75% al 80% de lesiones malignas primarias de tiroides.
Los índices de morbilidad y mortalidad del cáncer de tiroides comparado con muchos otros tipos de cáncer bajo.
Un ultrasonido del cuello juega un papel importante en la evaluación de los pacientes que padecen cáncer tanto para diagnóstico inicial como en la caracterización de recurrencia de la enfermedad. Actualmente el ultrasonido se considera el método de imágenes más sensible en la detección de metástasis ganglionares; las microcalcificaciones, los cambios quísticos, la morfología anormal y la vascularidad alterada son características de implantación metastásica con carcinoma papilar de tiroides.
Estos estudios ultrasonográficos requieren transductores de alta frecuencia y alta resolución, de 5 a 20 MHZ (más comunes de 7.5 a 10 MHZ) esto permite una resolución axial de 0.5 mm o menor y resolución lateral de 1 mm o meno. La resolución especial mejora con transductores de mayor frecuencia (15 a 20 MHz) que provee una resolución microscópica más cercana de las estructuras pequeñas.
Se realizó un sistema de reporte de datos de las características ultrasonograficas de las lesiones tiroideas para su manejo clínico: el sistema de reporte y datos de la imagen tiroidea (TI-RADS).
Los criterios para biopsias en nódulos son: nódulo hipoecoico, irregular, márgenes microlobulados, microcalcificaciones, más alto que ancho. Los criterios dela Sociedad de Radiólogos en Ultrasonido son: la biposia deberá hacerse en nódulo de 1cm o más con microcalcificaciones, nódulo de 1.5cm o más sólido o calcificaciones gruesas o nódulos de más de 2 cm con componente mixto (sólido-quístico) y un nódulo con crecimiento gradual o asociado a ganglios linfáticos cervicales.
De acuerdo a los criterios de la Sociedad Americana de Endocrinología Clínica un nódulo hipoecoio con las siguientes características: margen irregular más alto que ancho y con microcalcificaciones deberá ser biopsiado.
Las microcalcificaciones se identifican en un 29-59% de los carcinomas primarios tiroideos, más frecuente en el tipo papilar. Las calcificaciones grandes, distróficas e irregulares también pueden identificarse en pacientes como progresión de la enfermedad en áreas de necrosis tisular. Las calcificaciones granulares dentro de tejido fibroide se observa más frecuentemente en el bocio multinodular, sin embargo en nódulos únicos se asocian a malignidad hasta 75% de los casos. Las calcificaciones dela corteza son las más frecuentes en el carcinoma medular. Aunque las calcificaciones periféricas son el patrón más común del bocio multinodular, también puede observarse en lesiones malignas.
La presencia de un halo uniforme que circunscribe por completo a un nódulo altamente sugestivo de benignidad, con una especificidad hasta del 95% no obstante este hallazgo está ausente en el 50% de los nódulos benignos, lo que destaca es que el 10 al 24% de cánceres papilares pueden presentar este mismo halo completo.
Se considera un nódulo de bordes mal definidos cuando sus bordes no se identifican en más del 50% de su contorno, lo cual nos sugiere malignidad, sin embargo la sensibilidad reportada para bordes mal definidos o irregulares es muy amplia.
Los nódulos malignos, tanto carcinoma como linfomas, son de aspecto hipoecogenico y sólidos en relación al resto del parénquima tiroideo. La combinación de estas dos características tiene una sensibilidad del 87% para lesión maligna, pero una baja especificidad del 15.6 al 27% así como bajo valor predictivo positivo, además de que esta apariencia se observa en el 55% de los nódulos benignos.
El patrón vascular más común que indica malignidad es hipervascularidad intrínseca, que se define como el flujo en la porción central del tumor, mayor al resto de la vascularidad glandular. Esto ocurre en el 69-74% de las lesiones malignas, sin embargo esto no es específico. Para la valoración del flujo tiroideo se utiliza la clasificación de Fukunari aunque muchas características
Artículo escrito por la Dra. Shantal Sierra Doroteo