BAZO
Se sitúa en la parte posterior del cuadrante superior izquierdo, en íntima relación con las costillas novena, décima y undécima. Sus caras superior y lateral de forma convexa están juntas al diafragma mientras que la cara interna cóncava, donde entra el hilio, está en íntimo contacto con el estómago, riñón, páncreas y colon. Su color es púrpura azulado y su tamaño variable, pero en el adulto normal se lo puede comparar con el de su propio puño que aproximadamente es: 12,5 cm de largo, 7,5 cm de ancho y 3 cm de espesor. Su peso en el adulto sano varía entre 75g y 100g.
El bazo está cubierto de peritoneo excepto en la zona hiliar y se mantiene en posición por numerosos ligamentos suspensores de gran importancia quirúrgica. Los ligamentos son: esplenofrénico, esplenorrenal y esplenocólico, son normalmente avasculares pero en casos raros pueden contener grandes vasos.
El ligamento gastroesplénico contiene los vasos cortos o breves. Todos los ligamentos son en realidad partes del peritoneo parietal posterior que se refleja sobre la superficie esplénica como peritoneo visceral.
El pedículo esplénico se encuentra en la porción más interna del ligamento esplenorrenal y contiene la arteria y vena esplénica. La arteria nace del tronco celiaco y se dirige transversalmente hacia la izquierda dando pequeños ramos para el páncreas; cerca del hilio esplénico proporciona gran número de ramas, incluyendo la polar superior, gastroepiploica izquierda y las arterias terminales superior e inferior. Los vasos cortos nacen de la arteria esplénica terminal o de sus ramas. La mayor parte del drenaje venoso regresa por la vena esplénica, que se une a la mesentérica inferior y superior para formar la porta. En el 90% de las disecciones, los vasos esplénicos siguen a lo largo de la superficie posterosuperior del páncreas, en el 5% están en contacto con la superficie anterosuperior, en el 4% con la superior anteroinferior y en el 1% oscilaban por detrás y por debajo del páncreas. Los nervios del bazo nacen del plexo celiaco y del neumogástrico derecho y siguen la arteria esplénica y sus ramas. Los linfáticos se reciben a nivel del hilio y luego siguen con la arteria esplénica para acabar en los ganglios celiacos; son imperceptibles a simple vista.
Bazo Accesorio.- El bazo accesorio es un hallazgo frecuente. Según parece, se le descubre tanto más a menudo cuanto con mayor detalle se explora, las cifras indicadas en la literatura varían entre 20% y 35%. En la mayoría de los casos se encuentra en inmediata vecindad al hilio esplénico y más raramente en zonas cercanas o alojadas en el mesenterio, en la celda renal e incluso en la pelvis menor y en el escroto. Se trata de nódulos con el típico aspecto del bazo y cuyo volúmen varía entre el de un guisante y el de una ciruela. En general poseen hilio propio y con frecuencia se encuentran entre dos a cuatro bazos accesorios.
La presencia de bazos accesorios tiene importancia clínica en ciertas enfermedades hiperesplénicas; algunos de los enfermos de hiperesplenismo que no reaccionan a la esplenectomía se atribuye a la existencia de tejido esplénico accesorio no extirpado en la operación.
Esplenosis.- La esplenosis es una entidad clínica diferente al bazo accesorio. Se forma al autotransplantarse tejido esplénico luego de su ruptura por trauma. Los implantes fluctúan desde 40 a 400g y pueden encontrarse muchas veces en antiguas heridas de la pared abdominal. Clínicamente lo importante es diferenciar esas lesiones de la endometriosis, hemangiomas y metástasis tumorales.
La capacidad que tiene la esplenosis para reemplazar en sus funciones de defensa al bazo es dudosa y más bien ha sido causante de obstrucciones intestinales secundarias a adherencias.
Artículo escrito por la Dra Marisol Lara Castro