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Beneficios y riesgo del ultrasonido en el embrazo

Beneficios y riesgos del ultrasonido en el embarazo

Los ultrasonografistas a menudo cuestionan la seguridad del ultrasonido durante el embarazo para el feto. Se considera que el ultrasonido, al no ser invasivo y haber sido utilizado por más de 50 años, es seguro. Sin embargo, aunque el ultrasonido no emite radiación como los rayos X, y su largo historial de uso, no existe una validación científica de su absoluta seguridad. Además, el conocimiento sobre los posibles efectos biológicos del ultrasonido en los tejidos es limitado entre los profesionales clínicos.

En obstetricia, el uso del ultrasonido conlleva dos posibles categorías de riesgo. Por un lado, los errores diagnósticos pueden llevar a decisiones terapéuticas incorrectas y potencialmente dañinas. Por otro lado, están los efectos biológicos, principalmente efectos térmicos derivados de la energía ultrasónica que puede generar un aumento de temperatura en los tejidos. Estos efectos térmicos representan el mayor riesgo en embriones y fetos, siendo especialmente críticos entre las semanas 10-12 de gestación.

Por tanto, es recomendable utilizar el ultrasonido solo cuando existan indicaciones precisas y limitar al máximo el tiempo de exposición, especialmente en las etapas tempranas del embarazo. El principio rector debe ser recordar siempre la precaución al utilizar este importante instrumento diagnóstico.

¿Debería ser rutinario el ultrasonido en el segundo trimestre para todos los embarazos?

El ultrasonido se ha vuelto omnipresente en el seguimiento de embarazos. Al revisar la evidencia, se ha encontrado que el ultrasonido rutinario antes de la semana 24 de gestación mejora la detección de embarazos gemelares no diagnosticados, reduce las inducciones tardías y facilita la identificación de anomalías fetales antes del parto.

La sensibilidad del ultrasonido para detectar anomalías fetales puede variar ampliamente, dependiendo del equipo, la formación del personal y las características maternas como la obesidad. Se han establecido estándares para la realización de ecografías fetales en el segundo trimestre, sin embargo, los beneficios del ultrasonido de rutina en el primer trimestre para detectar anomalías estructurales fetales, o después de la semana 24, no han sido demostrados.

Con la mejora de la tecnología ecográfica y los cambios en la atención obstétrica, es posible que surjan nuevos usos para el ultrasonido rutinario en el futuro. Actualmente, la utilidad diagnóstica del ultrasonido en el primer trimestre para detectar anomalías fetales estructurales es limitada.

La tasa de detección de anomalías mediante ultrasonido transvaginal en el primer trimestre fue del 59%, pero aumentó al 81% al compararlo con el ultrasonido en el segundo trimestre.

Artículo escrito por el Dr. Henry Ble

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