Cáncer de próstata
El cáncer de próstata (CP) es la neoplasia no cutánea más frecuentemente diagnosticada en USA y la segunda causa de muerte por enfermedad oncológica después del cáncer de pulmón. En incidencia después del cáncer de pulmón y por delante del colo-rectal.
La primera aplicación de los ultrasonidos a la próstata utilizando la vía transrectal la realizaron Takahasu y Ouchi en 1964, aunque debido a la mala calidad de las imágenes no tuvieron ninguna aplicación clínica. En 1971, fue Watanabe quien obtuvo las primeras imágenes ecográficas transrectales de la próstata con aplicación clínica.
Desde entonces la ecografía transrectal (ETR) se ha utilizado ampliamente para el estudio de la glándula prostática y como guía – control en la aplicación de diversos tratamientos.
Diagnóstico ecográfico del cáncer de próstata.
En el modelo anatómico zonal de McNeal, la zona periférica forma la parte posterior, lateral y apical de la glándula prostática extendiéndose por la parte anterior hasta fusionarse con el estroma muscular anterior. Ecográficamente presenta una reflectividad media que se ha definido convencionalmente como isoecoica y que se utiliza como patrón de referencia ecográfico en la exploración de la próstata. La zona central presenta una reflectividad ecográfica similar a la zona periférica siendo prácticamente imposible la diferenciación ecográfica de ambas. En estas dos zonas se van a desarrollar entre el 70% y el 80% de los tumores de la próstata.
La lesión que con más frecuencia se encuentra en la exploración ecográfica es el nódulo hipoecoico. Según Shinohara (16) esto es debido a que la arquitectura glandular normal es sustituida por masas de células sin estructura reconocida, disminuyendo las interfaces glándula – estroma y por lo tanto la cantidad de ecos reflejados. El nódulo hipoecoico suele ser único, pero también pueden encontrase múltiples nódulos localizados en la zona periférico o diseminados por toda la glándula.
Aunque la patología que con más frecuencia se asocia al nódulo hipoecoico es el cáncer de próstata, existen otras patologías benignas: áreas de hiperplasia benigna, infartos, procesos inflamatorios,atrofia glandular y estructuras anatómicas normales (vasos sanguíneos, tejido muscular liso del ápex prostático o la entrada de las vesículas seminales) que pueden producir un área hipoecoica.
La incidencia de los nódulos hipoecoicos en la literatura está en función de la frecuencia del transductor utilizado, los criterios que se hayan seguido para la selección de los pacientes y la experiencia del médico que realice la exploración.
No se ha logrado esclarecer una hipotética asociación entre la morfología del nódulo hipoecoico y la existencia o no de cáncer. Harper y cols defienden que en los nódulos hipoecoicos de la zona periférica que presentaron una definición muy clara y lineal con el resto de la zona periférica, no se encontró ninguna alteración patológica en la biopsia. Observaron que estos nódulos desaparecían al pasar el paciente de la postura de decúbito lateral izquierdo a la contralateral o a la de litotomía, interpretándolos como artefactos posturales o seudolesiones. Sperandeo y cols. mediante presión con el transductor transrectal clasificaron los nódulos hipoecoicos en deformables (cambios en la longitud del eje perpendicular) y no deformables; encontraron cáncer de próstata en el 92,6% de los nódulos no deformables y solo 20,5% en los deformables, consideran que esta sencilla maniobra tiene una elevada sensibilidad y especificidad pero sigue siendo necesaria la biopsia de todos los nódulos hipoecoicos.
Clásicamente se consideraba que un 25%-30% de los tumores de próstata eran isoecoicos, no diferenciándose ecográficamente del resto de la zona periférica. Aunque se ha comprobado que los tumores isoecoicos tiene generalmente menor volumen (tumor en menos cilindros), no se ha observado diferencia en otros parámetros como score de Gleason, afectación extracapsular, invasión de vesículas seminales, etc.
Artículo escrito por la Dra Hilda Morales