Cáncer de próstata y ecografía transrectal
Cáncer de próstata y ecografía transrectal
El cáncer de próstata (CP) es la neoplasia no cutánea más frecuentemente diagnosticada en los Estados Unidos y la segunda causa de muerte por enfermedad oncológica después del cáncer de pulmón. Se estima que en el año 2005 se diagnosticaron 232,900 nuevos casos y fallecieron 30,350 varones por esta enfermedad.
La ecografía transrectal no posee la suficiente sensibilidad y especificidad en el diagnóstico, estudio de extensión y detección de recidivas postprostatectomía radical. Sin embargo, el estudio ecográfico de la morfología del ápex prostático puede ser de utilidad para la planificación y ejecución de la disección apical durante la prostatectomía radical.
La primera aplicación de los ultrasonidos a la próstata utilizando la vía transrectal fue realizada por Takahasu y Ouchi en 1964, aunque debido a la mala calidad de las imágenes no tuvieron aplicaciones clínicas relevantes. En 1971, Watanabe obtuvo las primeras imágenes ecográficas transrectales de la próstata con aplicación clínica.
Desde entonces, la ecografía transrectal (ETR) se ha utilizado ampliamente para el estudio de la glándula prostática y como guía en la aplicación de diversos tratamientos.
La lesión más comúnmente encontrada en la exploración ecográfica es el nódulo hipoecoico, que suele ser único pero también puede ser múltiple y localizarse en diferentes partes de la glándula prostática. La incidencia de cáncer de próstata en los nódulos hipoecoicos varía ampliamente y está relacionada con los hallazgos al tacto rectal y los niveles de PSA.
A pesar de las expectativas iniciales, la sensibilidad de la ecografía transrectal en el diagnóstico del cáncer de próstata es del 70%-92%, con una especificidad del 40%-79% y un valor predictivo positivo del 15%-35%. Esta baja especificidad limita su utilidad como método único de diagnóstico, debiendo ser integrada en algoritmos diagnósticos junto con otras pruebas.
Determinación del estadio local en el cáncer de próstata.
Es fundamental conocer con la mayor precisión posible la extensión de la enfermedad tumoral para indicar el tratamiento más adecuado. La invasión de las vesículas seminales se considera un signo de mal pronóstico, mientras que la sospecha de extensión tumoral a la grasa periprostática podría requerir modificaciones en el tratamiento.
1 – Determinación de la invasión periprostática.
La cápsula prostática se considera como una expansión del estroma fibromuscular con una composición variable de fibras musculares lisas. Ecográficamente, la cápsula se identifica por la diferencia de ecogenicidad con el tejido graso periprostático.
2 – Determinación de la invasión de las vesículas seminales.
La invasión de las vesículas seminales en el cáncer de próstata puede ocurrir de diferentes formas. La mayoría de las veces se da de manera retrógrada a través de los conductos eyaculadores y el espacio extraprostático invaginado.
Conclusiones
Actualmente, la ecografía transrectal no es suficientemente sensible y específica para el cáncer de próstata como para utilizarla de forma aislada. Su papel se limita principalmente a la localización de áreas para biopsias y su rendimiento en la extensión tumoral es menor que la combinación de otros parámetros como el PSA y el score de Gleason.
Comentario
La evolución de la ecografía transrectal en el diagnóstico de patologías prostáticas ha sido significativa, aunque aún presenta falsos negativos. Es importante el conocimiento de la anatomía normal y las alteraciones ecográficas para los urólogos, principalmente en la realización de biopsias ecodirigidas.
Autor: Dra. Claudia N. Paredes Palma
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