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Criterios ecográficos diagnósticos de neoplasia maligna en el nódulo tiroideo

Los nódulos tiroideos son muy comunes y tienen una prevalencia de 1 a 7 % en la población general; el riesgo de desarrollar un nódulo tiroideo es cercano al 5 %.

En los estudios de ultrasonido, la incidencia del nódulo tiroideo varía entre 19 y 40 %. Esta prevalencia está causada por nódulos tiroideos que no son detectados a la palpación y son un hallazgo incidental en la ecografía.

El riesgo de cáncer de un nódulo incidental es de 7 %, pero aún hay controversia sobre la utilidad de hacer un diagnóstico muy temprano, dado que muchas veces se considera que el curso del mismo es indolente, aunque otros autores promulgan lo contrario. Independientemente del tamaño, la pregunta crítica es si el nódulo es maligno.

Si bien la información clínica es la más importante, casi siempre para descartar o confirmar una neoplasia maligna es necesario el estudio citológico de una muestra tomada por punción con aspiración con aguja fina guiada por ecografía, que, en caso de ser benigna, acarrea costos excesivos que podrían evitarse si se conocen los hallazgos ecográficos que sugieren neoplasia maligna del nódulo.

En la actualidad, la ultrasonografía es el método más usado en la evaluación del nódulo tiroideo.

Se practica con un transductor de alta frecuencia (7-13mHz) y puede detectar nódulos de tan sólo 3 mm.Permite, además, la detección de nódulos coexistentes con un nódulo dominante, evaluar la enfermedad multinodular,establecer la presencia de adenomegalias y sus características, definir o cambiar una conducta, tomar la muestra y hacer un seguimiento objetivo.

Los nódulos pueden ser sólidos o quísticos. Las lesiones quísticas poseen una probabilidad baja de ser malignas (3 %) y los nódulos en los que predomina el componente sólido tienen una probabilidad cercana al10 % de ser malignos. Los nódulos benignos están rodeados por una cápsula y exhiben un halo sonográfico.

Los malignos muestran una señal hipoecoica, al igual que microcalcificaciones usualmente centrales que corresponden a cuerpos de psammoma.

Comentario

Existen diversas propuestas diagnósticas en la ecografía de neoplasia maligna de un nódulo tiroideo. Con base en los hallazgos de esta investigación, se pueden proponer cuatro categorías de nódulos desde el punto de vista ecográfico, que de una manera sencilla sugieren la necesidad o no de una biopsia por aspiración con aguja fina:

  1. categoría I, nódulos anecoicos de componente puramente quístico;
  2. categoría II, nódulos isoecogénicos o hiperecogénicos sin microcalcificaciones, sin papilas, sin aumento del flujo Doppler intranodular que puede estar asociado o no a tractos fibrosos;
  3. categoría III, un nódulo que independiente de su ecogenicidad tiene uno o dos criterios adicionales, cómo microcalcificaciones, aumento del flujo Doppler intranodular, presencia de papilas, irregularidad del mismo, y,
  4. categoría IV, aquellos nódulos hipoecoicos con microcalcificaciones, papila en su interior y aumento del flujo Doppler intranodular.

La categoría I generalmente corresponde a lesiones quísticas.

La categoría II, a nódulos de bocio o de tiroiditis.

La III puede contener un bocio, neoplasia folicular tiroiditis y carcinoma,

Y en la IV es preponderante la neoplasia maligna. Para las dos primeras se puede optar por una conducta expectante basada en el seguimiento; para las dos últimas es necesaria una biopsia por aspiración con aguja fina.

Artículo escrito por el Dr Jose Eusebio Lopez Pardo

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