Del trans y postoperatorio al seguimiento tardío del trasplante hepático
Se realizó una revisión de los casos de trasplantes hepáticos en los últimos diez años (1998-2008) realizados en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” tanto de expedientes clínicos como radiológicos, para evaluar los hallazgos en el ultrasonido trans y postoperatorio, así como los estudios de seguimiento.
Resultados
Se revisaron 51 casos; en el 80% se realizó el ultrasonido postoperatorio en las primeras 24 horas y en el 20% restante se realizó entre las 72 horas posquirúrgicas; el ultrasonido transoperatorio sólo se ha llevado a cabo en los trasplantes realizados en los últimos dos años (30% de los casos).
En la población estudiada las principales causas de la falla hepática encontrada fueron virales (VHC) y autoinmunes (cirrosis biliar primaria, hepatitis autoinmune, colangitis esclerosante).
Hallazgos en escala de grises
La ecotextura debe tener un patrón homogéneo o discretamente heterogéneo; con ecogenicidad semejante al parénquima renal; presencia de ascitis de escasa a moderada cantidad (deberá resolver de siete a 10 días postoperatorios); hematoma o linfedema periportal.
Los hallazgos anormales pueden ser focales o difusos; los difusos mostrarán ecogenicidad y ecotextura marcadamente heterogénea, son inespecíficos y representan datos indirectos de rechazo, isquemia, hepatitis o colangitis; los focales pueden corresponder a hematomas, abscesos, infartos y de manera tardía neoplasias.
Los hematomas en cuanto a su localización puede ser intraparenquimatoso, subcapsular, extracapsular o periportal, las características dependerán del tiempo en que se detecte: temprano se verá hipo o hiperecogénica, mientras que de 2-3 días va tomando apariencia sólida-hipoecogénica o como colección multiseptada Los abscesos son colecciones con paredes gruesas y centro hipoecogénico. Los infartos son lesiones sólidas, redondeadas o geográficas con áreas centrales necróticas hipoecoicas.
Las complicaciones biliares también se detectan con escala de grises, entre éstas se pueden encontrar dilatación de vía biliar intrahepática por estenosis (secundaria a tejido cicatrizal o sitios de isquemia) o por oclusión (por litiasis residual o lodo), fuga (formación de bilomas-colección de contenido biliar), disfunción del esfínter de Oddi . En 10 casos (19%) se detectaron anormalidades en la evaluación con escala de grises (ecotextura heterogénea, áreas focales hipodensas, colecciones extrahepáticas subcapsulares y en hilio).
Hallazgos con modalidad Doppler
Con la aplicación de ultrasonido Doppler podemos evaluar los sitios de anastomosis de la arteria hepática y vena porta, así como también la permeabilidad y flujo intrahepático arterial, portal y de venas suprahepáticas y detectar pseudoaneurismas.
El índice de resistencia de la arteria hepática es un indicador importante, el rango normal es de 0.5 a 0.7;9 las primeras 72 horas puede elevarse y posteriormente normalizarse; sin embargo, la disminución del índice de resistencia (aumento del flujo diastólico) representa disminución de la vascularidad periférica distal; la trombosis de la arteria hepática es una complicación común que se asocia a mortalidad y rechazo siendo causante de colangitis, rechazo, choque séptico y falla hepática ; otros indicadores son el pico sistólico mayor de 200 cm/s y el tiempo de aceleración mayor de 80 m (patrón tardus-pardus). El índice de resistencia bajo tiene una sensibilidad del 100% y especificidad del 80% para predecir complicaciones vasculares; entre las causas de falsos positivos se encuentran flujo arterial bajo debido a edema hepático severo, hipotensión sistémica o evaluación limitada debido a obesidad, distensión o edema del paciente; los medios de contraste para ultrasonido pueden disminuir estas dificultades; sin embargo, no están disponibles en nuestro país. Es importante evaluar el flujo de la vena porta desde el nivel de la anastomosis hasta su bifurcación, así como la velocidad en este trayecto.
El flujo presente en venas suprahepáticas nos traduce permeabilidad de la anastomosis de la vena cava inferior. Ante cualquier anormalidad, se podrá determinar la necesidad de realizar estudios complementarios con Tomografía Computarizada, Resonancia Magnética o proceder a métodos intervencionistas diagnósticos y terapéuticos.
Entre las complicaciones vasculares identificadas se encuentran estenosis de la anastomosis arterial, trombosis portal (4%), un falso positivo que se descartó mediante angiografía y un falso negativo que se detectó por medio de angiotomografía; con lo que se identificó una sensibilidad del 66% y una especificidad del 95%.
El seguimiento ultrasonográfico a largo plazo debe incluir la evaluación de lesiones conocidas como zonas de isquemia, colecciones o hematomas de manera comparativa (tendencia a la involución); recurrencia de enfermedad primaria (etiología viral o autoinmune); trastornos linfoproliferativos secundarios a la inmunosupresión crónica, otras neoplasias asociadas a etiología viral (hepatocarcinoma).
Discusión
El ultrasonido como método diagnóstico tiene las ventajas de ser portátil, de bajo costo, no emite radiación ionizante y es ampliamente disponible, lo que le da un alto valor en la evaluación inicial postrasplante hepático, siendo de gran importancia dominar la técnica y conocer los hallazgos normales y anormales, ya que es un estudio cuyo resultado siempre será operador dependiente. Con la detección temprana de alteraciones, se tendrá la pauta para realizar estudios complementarios como son la Tomografía Axial Computarizada Multicorte, Resonancia Magnética y Angiografía, así como realizar acciones terapéuticas por medio de Radiología intervencionista como drenaje de colecciones guiado por ultrasonido o tomografía, angioplastía en alteraciones detectadas durante la angiografía diagnóstica, para lo cual cada caso particular se debe someter a consideración del equipo multidisciplinario.
COMENTARIO:
Se ha demostrado que el método ecográfico sigue siendo el principal estudio para el diagnostico de patología de hígado y vías biliares , tanto por ser un método no invasivo como por el costo accesible, incluso en casos complejos como lo es en pacientes postraplantados, tanto en la escala de grises en donde se pueden detectar las complicaciones biliares como en la modalidad del eco doppler ya que podemos evaluar los sitios de anastomosis de la arteria hepática y vena porta visualizando la vascularidad del hígado posterior al trasplante, y así verificar una buena aceptación del órgano y sus anastomosis sin embargo no deja de ser un método operador dependiente por lo que el médico radiólogo debe exigirse un conocimiento amplio y correlacionarlo con la clínica y en apoyo de estudios más complejos como la Angiografía, Resonancia Magnética y Tomografía Computada.
Artículo escrito por el Dr. Alior Vargas