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Gastrosquisis

La gastrosquisis es una fisura congénita de la pared abdominal, generalmente situada a la derecha del ombligo que requiere cirugía al nacimiento.

La discusión se centra en cómo corregir este defecto: mediante reparación inmediata y definitiva o por etapas.

Se comparó la «umbilicoplastia» con el uso de plástico PVC para cubrir el defecto en 34 y 28 niños respectivamente.

Resultados

En ambos procedimientos, el curso clínico fue similar. Sin embargo, la umbilicoplastia mostró ventajas como menor duración de la ventilación mecánica, inicio temprano de la alimentación y menos complicaciones relacionadas con el catéter central. En conclusión, ambos métodos obtuvieron resultados comparables.

La gastrosquisis es una malformación cuya incidencia ha aumentado globalmente, destacándose en salas quirúrgicas neonatales. A nivel mundial, su frecuencia es de 0.5-1 caso, mientras que en México varía de 8.5 a 13 casos por cada 10 mil recién nacidos vivos.

Este defecto suele ser pequeño, localizado a la derecha y muestra las vísceras expuestas, principalmente el intestino medio y estómago, aunque en ocasiones se afecta el colon, la vejiga, la vesícula biliar, el bazo, los genitales internos y el hígado. Además, se presenta inflamación y edema del peritoneo visceral, así como acortamiento intestinal.

Se han descrito complicaciones tanto prenatales como postnatales, como atresia, sepsis, isquemia y perforación intestinal, siendo estas últimas potencialmente mortales.

Normalmente, la gastrosquisis se manifiesta en bebés a término, con bajo peso para la edad gestacional y a menudo se asocia con malformaciones incompatibles con la vida. Estudios epidemiológicos revelan que aproximadamente el 27.4% de los casos presenta defectos mayores, con una mortalidad del 74.6%.

La causa más común de gastrosquisis es el síndrome compartimental y complicaciones abdominales graves que pueden requerir cirugía de emergencia.

Investigaciones indican que las madres menores de 20 años tienen un mayor riesgo (5.4 veces) de dar a luz a bebés con gastrosquisis.

La clave en el manejo de esta anomalía radica en cubrir el defecto de la mejor manera posible desde el nacimiento, ya sea de forma inmediata o diferida.

En el presente estudio, se compararon los resultados de pacientes con gastrosquisis sometidos a umbilicoplastia y a la cobertura del defecto con PVC.

MATERIAL Y MÉTODO

Se realizó un estudio retrospectivo y comparativo, considerando que reparar el defecto con tejido autólogo en la primera instancia sería más beneficioso que cubrirlo con material plástico.

En el primer grupo, se llevó a cabo umbilicoplastia en 38 niños (61.3%); liberando los márgenes del defecto, sin ampliar dimensiones y sin adherencias. Las vísceras expuestas fueron reubicadas y se monitoreó la presión intra-abdominal, la saturación de oxígeno y signos de isquemia.

El defecto se cerró con una sutura en bolsa de tabaco.

En el segundo grupo de 24 niños (38.7%) con exposición extensa de vísceras que impedía la umbilicoplastia, se ampliaron las dimensiones del defecto y se colocó una cubierta de PVC. Luego de 7 a 10 días, se retiró el plástico para realizar la reparación anatómica de la pared abdominal.

El análisis estadístico se efectuó con el programa SPSS versión 13, aplicando medidas descriptivas y comparativas entre los grupos.

RESULTADOS

La edad gestacional media fue de 37.0 semanas en el primer grupo y 36.4 en el segundo.

El peso promedio al nacer fue de 2,464 gramos en el primer grupo y 2,309 gramos en el segundo.

La edad materna promedio fue de 19.4 años en el primer grupo y 18 años en el segundo.

Todos los defectos estaban localizados en el lado derecho.

En el grupo de umbilicoplastia, el defecto promedió 2.9 cm, mientras que en el grupo de PVC fue de 3.2 cm.

Se observó una mayor proporción de vísceras expuestas en el segundo grupo, destacando estómago, intestino delgado y vejiga. Menos frecuentemente, se encontraron bazo, hígado, genitales y riñón derecho expuestos.

El tiempo promedio de ventilación mecánica fue de 7.67 días en el grupo de umbilicoplastia y 13.91 días en el grupo de PVC, significativamente mayor.

La permanencia del catéter fue de 18.71 días en el primer grupo y 32.9 días en el segundo.

El inicio de la alimentación oral se logró a los 17.8 días en el grupo de umbilicoplastia y a los 24.1 días en el grupo de PVC.

Las complicaciones más frecuentes fueron sepsis y neumonía.

En resumen, cerrar el defecto de gastrosquisis lo más pronto posible es crucial para reducir complicaciones graves como isquemia y sepsis.

Artículo escrito por la Dra. Karina Ramírez Jiménez

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