La importancia de la ecografía de las 20 semanas de embarazo
La ecografía de las 20 semanas de embarazo, al igual que los demás controles del embarazo, tiene gran importancia médica. Esta sirve para ubicar al bebé, controlar su desarrollo normal, estimar cuál será su peso y dónde se encuentra la placenta. La ubicación de la placenta es trascendente, ya que si obstruye parcial o totalmente el orificio cervical interno pueden presentarse sangrados que podrían determinar el fin del embarazo e incluso una cesárea de urgencia.
A nivel emocional, las ecografías son el primer contacto que se establece con el bebé porque desde la sexta o séptima semana de gestación ya es posible sentir sus latidos y verlo en movimiento. En España la ecografía que se realiza a las 20 semanas tiene carácter obligatorio, dada su condición de estudio exhaustivo: es el primero en donde se estudian todos los órganos que se hayan formado en el feto. Antes de la semana 20 de gestación el tamaño reducido del feto impide que se realice un análisis de los órganos. Gracias a este estudio pormenorizado es posible diagnosticar malformaciones estructurales o morfológicas. Además es posible detectar lesiones incompatibles con la vida.
La ecografía de las 20 semanas de embarazo también estudia la placenta, el cordón y la cantidad de líquido amniótico. Si bien se trata de un estudio por demás importante, hay alteraciones que no se detectan con este procedimiento. Las alteraciones a nivel cromosómico –por ejemplo, el Síndrome de Down– o genético no son detectables con una ecografía. Para ello, es necesario que se practiquen otro tipo de estudios como la extracción de líquido amniótico.
De todas formas, la ecografía de las 20 semanas permite descubrir lesiones fetales que requieran un tratamiento intrauterino o postparto.
La ecografía de las 20 semanas de embarazo también recibe el nombre de ecografía del segundo trimestre o ecografía de alta resolución. Se trata de una de las tres instancias obligatorias en lo que refiere a controles del embarazo. En general, en este estudio el feto mide entre 19 y 30 cm. y pesa alrededor de 300 a 600 gr. En el rostro se revisan ojos, nariz, labios, paladar duro y perfil, si se deja ver. Se miden la circunferencia de la cabeza y el diámetro biparietal. Además, se verifica el estado del corazón, los grandes vasos y los pulmones. En el área del abdomen se observan el estómago, el hígado, los riñones y la vejiga y se mide la longitud del fémur. Finalmente, también se verifica cómo están la columna y las extremidades.
Aunque no sea lo central en este tipo de estudios, los padres del bebé y sus familias están siempre a la espera de la definición del sexo del nuevo integrante de la familia. Algunas veces el sexo se logra definir con anterioridad, pero esta es la edad más adecuada para realizar el diagnóstico del sexo fetal.