La ultrasonografía mamaria
La ultrasonografía (US) mamaria en la actualidad es el método imagenológico más importante adjunto a la mamo- grafía para la evaluación diagnóstica del seno. Entre sus características más favorables se encuentran la accesibilidad, bajo precio y ausencia de radiación ionizante. El uso de la US mamaria se remonta desde el año 1951 con Wild y Neal, quienes iniciaron sus primeras aplicaciones.1
Así como la mamografía puede ser usada como examen diagnóstico o de tamizaje, el propósito general de la US es lograr un diagnóstico más específico, ya sea de una lesión típicamente benigna previniendo biopsias innecesarias; para el diagnóstico de una lesión inespecífica o con características de malignidad; para evaluar lesiones benignas sintomáticas o como guía para obtener muestras de tejido para estudio histológico. Otra ventaja de la US se basa en la posibilidad de evaluar los tejidos blandos de la piel y las regiones axilares, ampliando la capacidad diagnóstica de la misma, permitiendo detectar lesiones como quistes sebáceos o dermoides en la piel, identificar la presencia de ganglios axilares cuya morfología puede indicar o no riesgo aumentado de malignidad.2
Las indicaciones actuales para la realización de la US mamaria según las guías del Colegio Americano de Radiología (ACR) son las siguientes:3
- Evaluación inicial de anomalías palpables en mujeres menores de 30 años.
- Caracterización de las lesiones quísticas.
- Identificación y caracterización de anomalías mamográficas palpables y no palpables en mujeres mayores.
- Como guía para procedimientos intervencionistas.
- Evaluación de problemas asociados con implantes mamarios.
- Evaluación del seno de las mujeres embarazadas.
Aunque se han propuesto otras aplicaciones para la US mamaria, éstas no se han aprobado y los estudios al respecto no han sido debidamente validados, e incluyen evaluación y caracterización de las lesiones sólidas, identificar la extensión cuando ya hay diagnóstico de cáncer (multicentricidad y multifocalidad ), como tamizaje en mujeres de alto riesgo, en tejido mamario extremada- mente denso, estudio adjunto a la mamografía (rutina), en pacientes con temor a ser irradiadas o para evaluar las infecciones.4
En un artículo publicado por Gordon en 2002, se establecen las principales causas de la no aceptación clínica de la US mamaria como tamizaje, y son las siguientes:
– Falta de beneficio: Para establecer la verdadera eficacia de la US como método de tamizaje debe ser sometida a
estudios randomizados, ciegos y controlados utilizando la muerte como punto final, de esta manera se sabría cuanto contribuye verdaderamente la ecografía como reductor de muertes cuando se compara con pacientes a las que no se les somete a ninguna medida.5
– Naturaleza del examen: La falta de imágenes globales y alta dependencia del operador son puntos en permanente debate. Cualquier anormalidad detectada puede ser de- pendiente de las habilidades del operador (Radiólogo o técnico) y estas deben ser archivadas en un medio adecuado, para poder ser revisadas de manera retrospectiva.5
– Dificultad en la reproducibilidad de los hallazgos: Debido a la naturaleza del examen y en especial a la falta de un lenguaje estándar con respecto a la semiología de la US mamaria se ha encontrado gran variabilidad en los reportes.6,7
– Naturaleza física de los transductores: Los actuales transductores tienen un campo de visión limitado por lo cual una US de tamizaje mamario puede tomar bastante tiempo (entre 10 y 20 min.). Es necesario implementar nuevos transductores diseñados especialmente para tamizaje si se logra comprobar que la US es útil como método alterno.
– Potenciales falsos-positivos: Con la US, los hallazgos inesperados son extremadamente frecuentes. Esto es característico de los quistes, dado que si son pequeños, estos no son detectados por la mamografía, además el hallazgo de lesiones sólidas de manera accidental no es sinónimo de malignidad, puesto que la mayoría de las lesiones sólidas son benignas.
De esta manera, Stavros en su análisis de lesiones sólidas encontró un valor predictivo negativo del 99,5% para las lesiones que él consideraba benignas BI-RADS 2, lo cual está muy cerca del valor predictivo negativo de las lesiones probablemente benignas BI-RADS 3.