Quiste grueso, enfermedad de la mama
La enfermedad quística gruesa de la mama, ha sido reconocida como la más frecuente de las lesiones benignas de la mama femenina. Hasta una tercera parte de las mujeres de 30 a 50 años tienen quistes en sus pechos. La frecuencia real es probablemente mucho mayor que la entidad clínicamente reconocida, y la prevalencia de la se ha estimado entre el 50% y el 90%. Es más, suele aparecer durante la tercera década de la vida, llega a su mayor frecuencia durante la cuarta década, y disminuye drásticamente después de la menopausia. La enfermedad quística gruesa de la mama se vuelve clínicamente evidente durante el tercer y cuarta décadas de vida, cuando la función hormonal está en su nivel máximo, lo que sugiere que los esteroides y péptidos hormonas pueden estar implicados en la génesis y evolución quística. ¿Porque los quistes mamarios no son frecuentes en las mujeres posmenopáusicas? el desarrollo de un quiste en una mujer posmenopáusica debe ser evaluado si la paciente no está con terapia de reemplazo hormonal.
La enfermedad quística de mama gruesa, incluye todos estados patológicos benignos de la mama, que comprende dilatación de los conductos y acinos a forman quistes, proliferación y metaplasia de la mucosa epitelial, y la multiplicación de conductos y acinos para dar un imagen de adenosis, que en su conjunto, constituyen la enfermedad. A partir del mecanismo de obstrucción común de la unidad terminal ductal lobular que genera un quiste mamario grueso, los principales tipos de quistes graves pueden desarrollar: Tipo 1, un quiste secretor, que se caracteriza metabólicamente por células epiteliales apocrinas activas que son capaces de producir y secretar una variedad de biocomponentes, que se acumulan dentro del quiste, con aumento de la proliferación celular y la promoción células apocrinas que pueden ser atípicas, hiperplasia, o alteraciones preneoplásicas relacionado con el cáncer de mama. Tipo 2, un quiste trasudativo, se caracteriza principalmente por una composición bioquímica similar a que se encuentra en el plasma y está rodeada por epitelio aplanado sin hipertrofia metabólico. Lo puede representar un quiste de retención simple en el que los biocomponentes se derivan de drenaje de plasma. Los pacientes con un quiste único son más de 3 veces más propensos de tener un quiste aplanado en lugar de un apocrino. Múltiples quistes, ya sea simultánea o secuencial en cualquier paciente, son generalmente todas del mismo tipo y son más comúnmente apocrina de aplanado. Una comparación de la frecuencia de quistes posteriores en pacientes cuya quistes iniciales eran de cualquiera de los apocrino o aplanada, mostró que los quistes adicionales fueron mayores de 5 veces más común en los pacientes que presentaron con el tipo apocrino. Estas observaciones sugieren que la historia natural de quística enfermedad está estrechamente relacionada con el tipo de quiste.
Los hallazgos ecográficos de Quistes grandes (≥ 3 mm de diámetro) son por lo general groseramente visibles y palpables, redondos y bien delimitados, y relativamente móviles en el entorno del tejido mamario, y en ocasiones se desarrollan fibras gruesas que parecen paredes. La enfermedad quística de la mama suele ser asintomática. Se trata de una fuente de preocupación clínica para el dolor y la incomodidad y debido a que imita a las masas malignas de mama. La palpación no es suficiente para hace una distinción entre lesiones benignas y malignas. La ecografía es la modalidad preferida de diagnóstico para distinguir lesiones quísticas sólidas y diferenciar quistes simples de quistes con complejos. El quiste debe ser anecoica, parecido a un agujero negro con una frontera delimitada imperceptible. Otros criterios para el diagnóstico de los quistes simples incluyen una forma redonda u ovalada y refuerzo posterior. La diferenciación de un quiste simple de uno con ecos internos o incluso lesiones sólidas puede ser problemático en ocasiones, particularmente si la lesión es profundo o muy pequeños. Quistes más simples de 5 mm o más grandes pueden ser fiable caracterizado con matriz lineal estándar transductores de alta frecuencia. El uso de la modalidad armonica de imagen puede mejorar la confianza del operador en la caracterización de una lesión como un quiste y es
especialmente útil para reducir artefactos internos.
Las lesiones quísticas benignas incluyen microquistes en clúster y quistes complicados. Los Microquistes en clúster consisten en un conjunto de focos pequeños anecoicos, que individualmente de 2 a 3 mm, con finos (<0,5 mm) septos internos y discreto componente sólido. Si son palpables, agrupadas microquistes pueden ser calificados como probablemente benigna, con corto intervalo de seguimiento. Las causas incluyen cambios fibroquísticos y metaplasia apocrina, quistes complicados pueden tener
homogéneos de bajo nivel ecos internos que caracterizar los quistes se encuentran comúnmente y también pueden tener un aspecto en capas. Restos de líquido crean niveles y pueden cambiar lentamente con los cambios en la posición del paciente. La ecografía Doppler color es una herramienta útil para distinguir los quistes complicados hipoecoicas de masas sólidas. El término complicado describe la apariencia ecográfica y no indica que contenido es responsable de los ecos internos (pus o sangre).
Artículo escrito por la Dra. Juan Antonio Sánchez García