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Técnica ecográfica de la glándula tiroides.

La exploración tiroidea nos permite valorar el volumen de la glándula tiroidea, la existencia de lesiones focales nodulares, así como cambios de la ecoestructura y la vascularización parenquimatosa, secundarios a procesos inflamatorios autoinmunes. Además permite la valoración de  estructuras anatómicas adyacentes: ganglios linfáticos, carótidas, paratiroides.

Características tiroideas a valorar:

1.- Tamaño de los lóbulos tiroideos e istmo.

2.- Forma y simetría.

3.- Ecogenicidad parenquimatosa.

4.- Homogeneidad de la ecoestructura parenquimatosa

5.- Vascularización del parénquima.

6.- Márgenes glandulares

7.- Presencia de lesiones intraparenquimatosas.

 

Técnica: 

El estudio se hará siempre con sonda lineal de alta frecuencia (mínimo de 7,5 MHz). La prueba se hará de forma sistemática, e incluirá tanto el tiroides completo como los diferentes compartimentos cervicales (posibles adenopatías). Las imágenes que se recogerán serán, como mínimo: Cortes longitudinales y axiales o” barridos” a lo largo de la glándula y  de ambos lóbulos tiroideos, con las medidas correspondientes.  Corte axial que incluya la zona del istmo tiroideo, con medida del diámetro AP del istmo.

Se recogerán las Imágenes de todas las lesiones nodulares focales, estas imágenes han de ser representativas de la naturaleza del nódulo (por ejemplo, su porcentaje de componente quístico o sólido). En los casos con varias lesiones nodulares se recomienda enumerarlas, con una numeración coherente y que queda bien clara en el informe asociado d

Todas las anomalías cervicales extratiroideas, se pondrá  especial énfasis en las adenopatías, en caso de existir adenopatías, las imágenes recogerán sus diámetros (preferentemente el diámetro menor).  Estas  imágenes deben incluir una referencia anatómica que permita localizar el corte (preferentemente con los dibujos que incluye la máquina, y en donde se puede señalar la localización de la sonda).

Aunque todos los estudios deberían incluir ecografía Doppler, ésta es imprescindible en las lesiones nodulares y en las adenopatías y todas las lesiones focales deben ir acompañadas de su correspondiente imagen con ecografía Doppler. Cualquier hallazgo inesperado (como una ateromatosis calcificada severa) debe ir registrada con imagen y referenciada en el informe.

En el caso de la ecografía tiroidea, los objetivos son responder a las preguntas clínicas y que en este caso concreto suelen ser: – ¿La anormalidad palpable corresponde verdaderamente a un nódulo tiroideo? – ¿La parte quística es mayor de un 50% del total? – ¿Está el nódulo localizado posteriormente?

Ecografía transversal del lóbulo tiroideo izquierdo donde se observa un nódulo de bordes bien definidos con una ecoestructura heterogénea, con áreas globulares hiperecogénicas separadas por zonas hipoecogénicas lineales (patrón de jirafa). Esta imagen corresponde a un paciente con tiroiditis de Hashimoto

El informe deberá, así, incluir la siguiente información: – Localización, dimensiones y aspecto ecográfico de la glándula tiroidea. – Descripción de las lesiones focales:

  • Aspecto ecográfico ecogenicidad.
  • Presencia de calcificaciones (tipo y cantidad).
  • Porcentaje de componente sólido y quístico.
  • Morfología (ovoideo / redondeado).
  • Contornos (lisos / espiculados).
  • Comportamiento en el estudio Doppler.
  • Descripción de las adenopatías.
  • Número y localización (compartimentos cervicales).

La glándula tiroides puede ser estudiada con diversas técnicas imageneológicas como cintigrafía, tomografía computada (TC) y resonancia magnética (RM) (1). Sin embargo, el método más utilizado es el ultrasonido (US); técnica de primera línea que permite la evaluación morfológica y vascular.

Además permite la ubicación intraoperatoria de lesiones y sirve como guía en procedimientos invasivos. El resultado del US determina conductas de diagnóstico, terapéuticas o ambas en un 63% de los pacientes con nódulos palpables. La cintigrafía tiroidea con Tc-99 es un método muy sensible para determinar la funcionalidad de un nódulo.

Sin embargo, mención merece el hecho de que un nódulo no captante o “frío” puede corresponder indistintamente a un adenoma, quiste, carcinoma o tiroiditis focal, entre otros.

Artículo escrito por la Dra. María Elena Díaz Pérez

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