Uso de ultrasonografía en la medicina
La ultrasonografía es un método diagnóstico que permite evaluar las diferentes estructuras anatómicas del paciente, en general sin la utilización de medios de contraste.
Es un método no invasivo que permite diferenciar las estructuras sólidas de las estructuras líquidas en función de su escala de grises. En general los tejidos sólidos adquieren una tonalidad gris en las imágenes de ultrasonografía y los líquidos tonalidad negra.
Esto permite la diferenciación directa de los tejidos sin el uso de medios de contraste lo cual otorga gran utilidad al procedimiento ya que no es invasivo y permite la evaluación de diferentes estructuras anatómicas. Es en especial útil en la exploración del abdomen.
El entrenamiento de los médicos es, sin embargo, relativamente lento y amerita asesoría por profesores experimentados.
La dificultad estriba en que es un método operador-dependiente ya que la información se obtiene de la integración del movimiento del transductor y la comprensión de la ubicación espacial de los tejidos por el operador (estereognosia).
Los médicos que son capaces de realizar diagnósticos por ultrasonografía, se ven favorecidos con una rápida y correcta evaluación de los padecimientos con diagnósticos tempranos y tratamientos oportunos lo cual evita complicaciones y evita gastos innecesarios a los pacientes.
Desarrollo:
Los procedimientos diagnósticos y paliativos guiados por ultrasonografía son analizados; entre ellos biopsias, ablación de tumores, drenajes y accesos venosos. Especial énfasis se da a la evaluación del paciente previo y posterior al procedimiento, de igual forma a la existencia de protocolos estandarizados.
Evaluación previa al procedimiento por ejemplo es responsabilidad del radiólogo que realizará la técnica intervencional, conocer previamente al paciente, su historia clínica, solicitar la firma del consentimiento informado y contactar a sus familiares si fuese necesario. La evaluación de las condiciones generales del paciente a consignar comprenden: Conocimiento de su evolución clínica, su estado de conciencia, y antecedentes mórbidos de importancia tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial, mieloma, cardiopatías, insuficiencia renal, hepática, o coagulopatías. De igual forma hay que tomar conocimiento de los exámenes radiológicos y de laboratorio.
Para el control de biopsias, la US posee una serie de conocidas ventajas como son; bajo costo, portabilidad, disponibilidad en la mayoría de los hospitales, guía en todos los planos del espacio y entrega de información en tiempo real permitiendo una buena visualización de la aguja. La mayoría de los equipos poseen la opción Doppler color que informa respecto de la vascularización de la lesión. Bien sabido es el hecho que la US es dependiente del operador.
Se han desarrollado en los últimos años diversos procedimientos de tratamientos percutáneos que tienen como objetivo la destrucción de tumores y mejorar la sobrevida de los pacientes. Se incluyen en estas técnicas la alcoholización, administración de ácido acético intratumoral o de suero caliente, crioterapia, termo-destrucción intersticial con electrodos de microondas o fibras láser. Se ha descrito recientemente que la técnica de ablación con radiofrecuencia de tumores hepáticos ha tenido buenos resultados y aceptación como curativa en aquellos pacientes en quienes la resección quirúrgica está contraindicada. En radiofrecuencia se utiliza generadores de 50–200 W, electrodos de 14-17 G, con agujas simples, “paraguas” u otras; habiendo de varias longitudes. El abordaje percutáneo puede ser guiado por US, TC o resonancia magnética.
En efecto, hablando en términos generales, podemos definir 5 diferentes grados de atenuación de los rayos X a su paso por las diferentes estructuras anatómicas. Podemos decir que la atenuación grado 1 la ejerce el aire y los gases en general, la atenuación grado 2, la grasa, la atenuación grado 3, en forma indistinta los líquidos y los tejidos blandos, la atenuación grado 4, las calcificaciones y el hueso y finalmente el grado 5, el mayor grado de atenuación, lo ejercen los medios de contraste y los metales.
De esta manera, se pueden distinguir las diferentes estructuras anatómicas a través de 5 grados diferentes de atenuación. Naturalmente que en los estudios radiológicos, como todos los tejidos quedan sobrepuestos en una placa radiográfica, inevitablemente se obtiene la superposición de diferentes estructuras anatómicas con distintos grados de atenuación lo cual complica en cierto grado la diferenciación de los tejidos.
Además, El ultrasonido (US) está ganando terreno sobre otras técnicas de imagen diagnóstica en el estudio de las lesiones elementales de la osteoartritis (OA). Debido a su resolución submilimétrica, el US tiene la capacidad de detectar alteraciones morfoestructurales mínimas, incluso desde sus etapas preclínicas o asintomáticas, en las tres estructuras articulares predominantemente afectadas por la OA: el cartílago articular, la membrana sinovial y el hueso subcondral.
Hasta el momento, el US ha demostrado ser una herramienta muy sensible y útil en la detección de las anormalidades que se presentan en los tejidos blandos tanto intra como periarticulares, incluidos la hipertrofia sinovial, los derrames y los quistes sinoviales, así como en el hueso subcondral, los osteofitos. Adicionalmente, la señal Doppler de poder (DP) correlaciona con la evidencia histológica de vascularización de la membrana sinovial.
Conclusión:
El ultrasonido, a manera sencilla se entiende como una señal de audio que no puede ser captada por el oído humano, sirve en múltiples aplicaciones y es en muchos casos la manera de dar solución a problemas de una manera menos costosa, sin embargo, dependiendo de la aplicación su implementación puede ser de mayor o menor complejidad, su funcionamiento se remite básicamente a los mismos principios que los materiales piezoeléctricos, convirtiendo la energía mecánica en eléctrica y viceversa.
Artículo escrito por el Dr. Rajab Jarad