Vesícula biliar y vías biliares
Síntomas como dolor en hipocondrio derecho o en región epigástrica, vómitos, o ictericia son con frecuencia la manifestación de enfermedades inflamatorias (colecistitis aguda), infecciosas (colangitis) o tumorales de la vesícula y las vías biliares. La ventana acústica proporcionada por el hígado y la excelente resolución espacial de la ecografía, unidos a la naturaleza quística de la vesícula y la vía biliar convierten a los ultrasonidos en la modalidad de imagen de elección ante la sospecha de patología del tracto biliar.
RECUERDO ANATÓMICO
La vesícula biliar es un órgano sacular piriforme que se aloja en la cara inferior o visceral del hígado en una pequeña depresión denominada lecho biliar, en situación intermedia entre el lóbulo derecho y el lóbulo cuadrado. Obtiene su aporte sanguíneo de la arteria cística, rama de la arteria hepática derecha.
Macroscópicamente se distinguen el fondo vesicular (la porción redondeada más anterior e inferior), el cuerpo o porción media, y el cuello, que se incurva medial mente hacia la porta hepatis y se continúa con el conducto cístico. Este presenta en su porción próxima al cuello unos pliegues mucosos (válvulas espirales o de Heister) que en ocasiones son visibles en la ecografía. Entre el cuerpo y el cuello a veces se encuentra el infundí bulo de Hartmann, zona de frecuente impactación de cálculos. Una vesícula biliar de tamaño normal mide de 7-11 cm de longitud y de 1,5-4 cm de diámetro.
La bilis es segregada por las células hepáticas hacia los canalículos biliares que junto con las ramas de la arteria hepática y la vena porta conforman las triadas portales. Drenan hacia los conductos interlobulillares que confluyen en los conductos hepáticos derecho e izquierdo. Estos se unen en el hilio hepático para formar el conducto hepático común, de unos 4 cms de longitud, que al unirse con el conducto cístico forma el colédoco. El colédoco mide 8 a 10 cms de longitud y 5 a 6 mm de diámetro, discurre por el borde libre del omento menor y por la cara posterior del duodeno y de la cabeza pancreática para desembocar en la ampolla de Vater junto con el conducto pancreático o de Wirsung
TÉCNICA ECOGRÁFICA
El estudio ultrasonográfico de la vía biliar requiere que el paciente esté en ayunas de al menos 6 horas, puesto que la ingesta de alimentos, sobre todo de naturaleza grasa, provoca la contracción o el colapso de la vesícula biliar, y dificulta la evaluación ecográfica de la pared o del contenido vesicular. Utilizáremos un transductor convex de 3.5-5 Mhz y realizaremos barridos sagitales oblicuos y transversos subcostales con el paciente en decúbito supino y en decúbito lateral izquierdo.
La apariencia ecográfica de la vesícula biliar es la de una estructura elipsoide con contenido anecoico, con una pared fina (menor de 3mm), localizada en la cara inferior del hígado, posterior y caudal a la cisura mayor. La imagen ultrasonográfica muestra con claridad las partes descritas previamente (fundus, cuerpo, cuello) y habitualmente presenta un pliegue fino en su interior; en ocasiones el fundus se pliega sobre el cuerpo adoptando una morfología de gorro frigio, variante sin ninguna trascendencia clínica.
La via biliar intrahepática no se visualiza habitualmente a menos que esté dilatada, aunque con equipos de alta resolución en ocasiones se diferencian los conductos hepáticos adyacentes a la vena porta derecha e izquierda. Como es prácticamente imposible determinar el punto de unión de hepático común y cístico hablamos habitualmente de vía biliar principal, que medida a nivel del hilio no debe exceder los 7mm La ausencia de visualización de la VB en la ecografía, una vez excluidas la colecistectomía previa y la contracción fisiológica tras la ingesta, debemos considerarla siempre anormal e indicativa de patología(colecistitis crónica, barro biliar, etc). La agenesia o localización ectópicason rara.
Artículo escrito por el Dr Vicente Fernández Rodríguez