Micro burbujas como agentes de contraste para ultrasonidos
Los agentes de contraste han cobrado mucho interés durante los últimos años. Los mayores éxitos se han obtenidos en agentes de contraste consistentes en micro burbujas. Estos agentes de contraste para ultrasonidos, no solamente interactúan con el proceso de la imagen, sino que forman parte de la misma.
Debido a las grandes posibilidades de mejoras en el diagnóstico mediante el uso de ultrasonido con la aplicación de los medios de contraste basados en micro burbujas, es que es muy importante el conocimiento de las técnicas e instrumentación de estos nuevos agentes de contraste.
El desarrollo de medios de contraste aplicados a la exploración diagnóstica con ultrasonidos ha sido lento y esporádico. En los últimos tiempos ha habido grandes avances en la producción de medios de contraste con diferentes características y en el estudio de las técnicas de empleo de los mismos. Hoy en día los agentes de contraste son amplia mente utilizados. De allí la importancia del conocimiento de su modo de empleo, con sus ventajas y desventajas, para de esa forma obtener mejores resultados en su aplicación.
Para ser una herramienta clínica efectiva, las microburbujas deben sobrevivir al pasaje a través de la circulación cardiopulmonar, para producir un realce sistémico satisfactorio
La mayoría de los contrastes están formados por microburbujas llenas de aire que son capaces de generar un aumento en la señal ecocardiográfica, lo que potencia la información proveniente del ultrasonido. Inicialmente los contrastes no podían pasar el árbol pulmonar debido a que bien su tamaño era grande (>10μm) o eran inestables y se disolvían rápidamente.
A mediados de los años 80 se desarrollaron ya contrastes capaces de pasar por el árbol pulmonar. Estos agentes eran capaces de opacificar el ventrículo izquierdo después de haber sido inyectados en una vena periférica.
¿Cuál es el motivo por el cual estas suspensiones de gases en líquidos producen realce significativo en las imágenes ultrasónicas? Las interfaces físicas entre elementos de tan distinta densidad acústica, como el líquido y el gas, son intensamente reflectantes para el ultrasonido, varias veces más que las interfases sólido/líquido que habitualmente se utilizan para generar las imágenes que utilizamos en la práctica clínica de la ecocardiografía.
Es posible dividir a los ecorrealzadores en tres grandes grupos: los de primera generación (son agentes de contraste que no pasan el árbol pulmonar, principalmente utilizados para el estudio de cortocircuitos intracavitarios), los de segunda generación (que atraviesan el árbol pulmonar, con microburbujas de menor tamaño y más estables, que permiten el estudio del ventrículo izquierdo) y los de tercera generación (los cuales tienen una vida media mas larga en el torrente sanguíneo).
DESARROLLO
Ecorrealzadores de primera generación:
Los Dres. Gramiak y Shah, introdujeron por primera vez el concepto de medio de contraste ecográfico, al inyectar suero salino en la aorta ascendente durante una ecocardiografía. El suero salino produjo una serie de ecos potentes en el interior de la aorta y las cámaras cardíacas, que normalmente son anecogénicas.
Ecorrealzadores de segunda generación:
Para solucionar la inestabilidad de las burbujas gaseosas libres se ha intentado recubrirlas por una cápsula. En 1980 Carrol et al. encapsularon burbujas de nitrógeno en gelatina, las cuales producían un gran realce ecográfico. Sin embargo el gran tamaño de las partículas (80μm) impedía su administración intravenosa. En el año 1984 Feinstein et al., fabricaron microburbujas por incidencia sonora sobre una solución de seroalbúmina humana, y las observaron en las cavidades cardíacas izquierdas tras la inyección en una vena periférica. Desde entonces, se han sintetizado nuevas formas de microburbujas estables.
Ecorrealzadores de tercera generación:
Estos agentes de contraste son más novedosos y diseñados para incrementar el realce del eco reflejado y durar más tiempo en el torrente sanguíneo. En lugar de aire aprovechan gases poco solubles como los perfluorocarbonos: que al tener menor tasa de difusión aumentan la vida media en el plasma.
Artículo escrito por el Dr. Christian A. Patatuchi Cordero.