Componentes anatómicos de la placenta
Componentes anatómicos de la placenta
El trofoblasto es el primer componente embrionario observable que dará origen a la placenta, pero posterior a la implantación aparece el mesodermo extraembrionario, el cual es un segundo componente que se ubica entre la capa de trofoblasto y la cavidad del blastocisto, formando una estructura denominada corion. Este tejido forma vellosidades que facilitan la absorción de nutrientes y oxígeno desde la sangre materna hacia la masa celular interna del embrión. Las vellosidades coriónicas pueden ser primarias (solo sincitiotrofoblasto) o secundarias (con mesodermo extraembrionario) y terciarias (con vasos sanguíneos embrionarios).
La región donde se inició la implantación forma un corion frondoso, correspondiente a la parte embrionaria de la placenta. Los componentes de la barrera placentaria madura incluyen el sincitiotrofoblasto, el citotrofoblasto, el mesodermo extraembrionario y el endotelio de los vasos coriales.
El sincitiotrofoblasto es el principal componente en contacto con la sangre materna durante el embarazo. Los macrófagos placentarios se encuentran entre el mesodermo extraembrionario, desempeñando funciones inmunológicas y de regulación de la respuesta inmune materna.
Los cotiledones placentarios, formados por la unión de varias vellosidades coriales, están separados por tabiques placentarios derivados de la decidua basal. La placenta, al final del embarazo, tiene alrededor de 20-35 cotiledones y mide aproximadamente 20 cm de diámetro, 2-3 cm de grosor y pesa alrededor de 500 g.
Entre las vellosidades y la decidua, ocurre un intercambio de sangre materna y fetal a través de la barrera placentaria, permitiendo el paso de nutrientes, gases y desechos sin mezclar las circulaciones. Los componentes se difunden a través de los vasos coriales, facilitando el suministro de sustancias necesarias para el desarrollo del feto.
Artículo escrito por la Dra. Alejandra Zapata Zuluaga
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