El ultrasonido en el embarazo
En el embarazo el ultrasonido es la mejor herramienta de imagen para el diagnóstico y seguimiento de la evolución del mismo. Ya que el ultrasonido es el menos invasivo y relativamente inocuo.
Para el estudio de un embarazo debemos tener en cuenta que las diferentes etapas del embarazo comprenden 3 diferentes trimestres, en los que la ultrasonografía puede arrojar diferentes datos. Siendo el primer trimestre el más indicado para estimar la edad gestacional del mismo partiendo de ahí para estimas la fecha probable de parto más exacta que en los dos posteriores trimestres, así como la evolución del mismo en relación a su crecimiento.
En el primer trimestre es indispensable la confirmación del embarazo así como su ubicación intra o extrauterina, posteriormente la viabilidad del embarazo con respecto a la formación de las estructuras embrionaria primitivas en el interior del saco gestacional, es decir si existe o no un embrión en el interior, así como la vitalidad del mismo al visualizar o si es posible medir la FCF del mismo.
En el ultrasonido endovaginal el embarazo es visible a partir de la 4 semana de gestación siendo más tardío en el transabdominal y que en este el saco gestacional es visibles a partir de la 5ta semana de gestación. En si esto es en relación a la visualización del saco gestacional, ya que en semanas previas únicamente es indicativo de embarazo probable la desiduación del endometrio encontrándolo engrosado y ecogénico con forma circular. A la 7ma semana es posible visualizar ecos embrionarios en el interior, la actividad cardíaca es fundamental para establecer el diagnostico de un embarazo intracavitario normal, si no se observa es necesario repetir el estudio 1 o 2 semanas más tarde para revalorar y descartar un huevo muerto retenido.
Un embarazo con un saco gestacional sin saco vitelino y sin ecos embrionarios en el interior con un tamaño mayor de 25 mm en su diámetro mayor es considerado un embarazo anembriónico, aun cuando haya reacción desidual normal. Sin embargo la revaloración generalmente es necesaria.
En términos generales la ultrasonografía ofrece un margen e error menor en cuanto más cerca del primer trimestre se encuentra en relación a la edad gestacional teniendo los siguientes márgenes de errores como estándares de la edad gestacional. De la semana 5 a las 16 el rango de error es de 1 semana. De las 17–25 semanas el rango es de 10-11 días. De las 26 a las 29 semanas la variación en el cálculo es de 2 semanas y finalmente en embarazos de más de 29 semanas la variación puede llegar a ser hasta de 3 semanas.
Los parámetros para la estimación de la edad gestacional en el embarazo son la medición del diámetro biparietal DBP, la circunferencia abdominal y la longitud del fémur. La medición de la circunferencia craneal se toma en relación con la circunferencia torácica como parámetro para estimar el crecimiento intrauterino normal, siendo también clave para un buen diagnóstico. Así mismo el estudio del feto debe ser minucioso debiendo inspeccionar al feto de pies a cabeza.
En el estudio ultrasonográfico del embarazo en los diferentes trimestres, como es la razón de todos los estudios de imagen el fin es para constatar la normalidad del mismo, teniendo como base parámetros de la normalidad así como de las alteraciones posibles. Es en por esta razón que cada uno de los estudio de ultrasonografía realizadas a las pacientes es para constatar la normalidad del embarazo y la integridad del feto, sin embargo esto se hace con la búsqueda intencional de los parámetro normales y anormales de las diferentes estructuras valorables del feto.
Se debe tener cuidado con la emisión de los diagnósticos emitidos, siendo estos de gran impacto y trascendencia de las acciones tomadas con posterioridad y del manejo emocional de los padres en cuento al embarazo actual, es decir un buen diagnóstico como un mal diagnostico repercute de sobremanera en el entorno del dicho embarazo y de la paciente.
Uno de los diagnostico delicados de emitir es el del sexo fetal ya que esto crea una expectativa inimaginable en las acciones futuras de los padres así como en la credibilidad del ultrasonografista, ya que un mal diagnostico al momento del nacimiento derrumba la credibilidad del ultrasonografista en opinión de los padres. Otro punto es tener cautela en la emisión del mismo diagnostico aun teniendo la certeza del mismo, Ya que en algunos casos la emisión del mismo puede no ser del agrado de los padres por cuestiones personales o culturales diferentes.
No es debido tomar este diagnóstico como diagnostico menor ya que engloba un marco delicado e inclusive legal.
Para fines prácticos según comenta el diagnostico se establece mejor a partir de la 18va semana de gestación, aunque en algunos casos puede saberse desde la 13ra semana.
Unas de las situaciones que complican el diagnóstico es la presentación pélvica, el oligohidramnios, los embarazo gemelares, la inaccesibilidad por cualquier índoles (posición fetal) o inclusive las malformaciones congénitas de los mismos.
Artículo escrito por el Dr. Daniel Carmona