Evaluación de un nódulo o de una masa mamaria palpable
Muchas veces descripto por las pacientes como “dureza o bulto”, un nódulo es una estructura que se distingue del tejido mamario en forma persistente (permanece en un mismo lugar), es asimétrico con respecto a la otra mama y tiene tres dimensiones: altura, ancho y profundidad. El nódulo puede ser único o encontrarse junto a otros y destacarse por su tamaño o por tener características distintivas y permanentes (nódulo mamario dominante).
El hallazgo de un nódulo o masa mamaria provoca mucha preocupación en las pacientes y es motivo frecuente de consulta. Sus causas más prevalentes son los fibroadenomas, los quistes y los galactoceles (quistes de retención láctea del puerperio). Una causa común pero más temida es el cáncer de mama.
Fibroadenomas
Son tumores benignos provocados por la proliferación de tejido conectivo encapsulado, que pueden encontrarse a cualquier edad, aunque son más frecuentes entre la segunda y tercera décadas de la vida. Son los tumores mamarios más comunes en las mujeres jóvenes y, si bien suelen ser únicos, hasta un 15% de las pacientes tienen varios nódulos.
Quistes
Son formaciones líquidas encapsuladas que se producen por la involución de los lóbulos mamarios y/o la dilatación de los conductos galactóforos. El desarrollo de quistes es común en las pacientes mayores de 40 años. Pueden ser silentes (y detectarse al realizar el examen físico de control) o ponerse de manifiesto porque provocan dolor.
Enfermedad fibroquística de la mama
También conocida como “displasia mamaria”. Ambos términos
Son ambiguos, dado que incluyen múltiples entidades que van
Desde cambios fisiológicos relacionados con el estímulo hormonal hasta lesiones que podrían evolucionar al cáncer de mama. Aunque su uso es desaconsejable, están ampliamente
Difundidos entre los médicos y las pacientes, y constituyen un
Motivo frecuente por el cual se solicitan exámenes mamarios y mamografías en forma periódica e innecesaria.
La mamografía es esencial en la evaluación de cualquier nódulo palpable, aún cuando el diagnóstico de cáncer parezca obvio. Quedan exceptuadas las mujeres embarazadas (para evitar la exposición a los rayos x) o las jóvenes menores de 20 años ya que en éstas la probabilidad de tener un cáncer de mama es mínima. La importancia de la mamografía radica en que la neoplasia puede ser bilateral (3% de los casos) y no necesariamente palpable en la otra mama; por lo tanto, ante la presencia de un nódulo, debe explorarse el tejido mamario
Completo.
Ecografía mamaria
Este método complementario utiliza ultrasonido para evaluar
Las estructuras mamarias. Su utilidad reside en que permite diferenciar si las estructuras nodulares son sólidas o quísticas, e identificar la presencia de anormalidades en una mama densa (por ejemplo, la mama de una mujer joven). La ecografía no distingue en forma exacta si un nódulo es benigno o maligno pero es útil para definir si se trata de una tumoración líquida o sólida, para evaluar una lesión en la profundidad de la mama o cuando la paciente se niega a la biopsia. También puede aportar información cuando el examen es dudoso y la mamografia es normal y constituye un instrumento de guía que facilita la punción de lesiones no palpables.
Manejo de la paciente con una masa mamaria
Las estructuras que pueden confundir con respecto a si la masa es o no de origen mamario son la unión condrocostal, una costilla prominente o el borde de la mama. Si una masa mamaria está presente, es crucial su evaluación mediante el “triple esquema”: examen clínico mamario, mamografía y punción, con o sin citología del material obtenido. Esta aproximación diagnóstica permite reducir el error diagnóstico a un 1%.
Interconsulta con el especialista
Los criterios de derivación al especialista dependen en parte
Del grado de entrenamiento que tenga el médico de atención
Primaria en las diferentes técnicas complementarias de diagnóstico.
Trataremos de puntualizar aquí algunos de ellos:
– mamografías dudosas o francamente anormales.
– nódulo mamario que a la punción es sólido, o nódulo quístico cuyo líquido obtenido por punción contiene material sanguinolento, o no desaparece completamente.
– quiste recurrente o recidivado
– derrame hemático o serohemático por el pezón.
– derrame por el pezón unilateral persistente.
– retracción, distorsión o ulceración de la piel o complejo areola- pezón.
– nodularidad asimétrica persistente luego de la menstruación.
– mastitis no puerperal con tumor sólido subyacente o recidivante.
Artículo escrito por la Dra. Vania Yazmin Gasca Saucedo