Guía práctica para el diagnostico y tratamiento del nódulo tiroideo
Los nódulos son masas firmes que pueden distinguirse claramente del tejido de la glándula tiroidea. Siempre que se detecta uno es imprescindible realizar la diferenciación entre maligno y benigno.
Se conoce como nódulo tiroideo al aumento del volumen y consistencia que se detecta ya sea por medio de palpación o por estudios de imagen. Su incidencia es más alta en mugres jóvenes, con deficiencia de yodo o radiación. Se ha ido incrementando el diagnostico gracias a la ecografía, ya que esta detecta con mayor facilidad los nódulos.
Las causas más comunes de nódulo benigno son tiroiditis de Hashimoto, quiste simple o hemorrágico, adenoma folicular y tiroiditis subaguda. Las causas malignas incluyen carcinoma de células foliculares, carcinoma pailar, folicular o derivado de las células C, carcinoma medular o linfoma tiroideo.
Si se detecta por exploración un nódulo tiroideo se debe de realizar una historia clínica exhaustiva, se deben de preguntar los síntomas como dolor, disfagia, disnea, adenopatías cervicales, antecedente de radiación de la cabeza o cuello.
Se deben de realizar exámenes de laboratorio, hay que checar TSH, T4 libre y T3 libre. La solicitud de anti-tiroglobulina debe dejarse solo para ciertos casos que se sospeche de tiroiditis linfocitico crónica.
El gamma grama es más costoso que un ultrasonido y no es tan especifico para la detección de las lesiones malignas, por lo cual solo se usara cuando la TSH este suprimida y se confirme la presencia de un nódulo hiperfuncionante.
La ecografía es el método más sensible para detectar las lesiones. Pero se debe de estar consciente de que no es un examen de tipo tamizaje, este solo se debe de realizar cuando haya factores de riesgo asociados. Hay ciertas características para poder clasificar los nódulos por parte de la ecografía:
Se clasifica según TIRADS:
TIRADS 1: glandula normal.
TIRADS 2: quiste coloide típico, aéreas anecoicas y manchas hiperecogenicas. Nódulo mixto no encapsulado, con apariencia de malla, manchas hiperecoicas y vascularizado.
TIRADS 3: nódulo híper o iso o hipoecoico, parcial capsula con vascularización periférica sugestivo de Hashimoto.
TIRADS 4: nódulo indeterminado, patrón neoplásico simple, nódulo solido o mixto, sin calcificaciones. Patrón de Quervain, lesión mal definida sin calcificaciones.
TIRADS 5: nódulo compatible con malignidad, solido, no encapsulado, hipervascularzado y con calcificaciones.
TIRADS 6: nódulo maligno, mixto, isoecoica, hipervascularizado, no encapsulado con o sin calcificaciones que ya se confirmaron con biopsia.
La mejor manera para poder diferenciar de nódulo maligno y benigno s mediante una evaluación citológica, gracias a esto se han disminuido las intervenciones quirúrgicas innecesarias. Este examen se puede realizar guiado por ultrasonido.
Comentario
En este artículo podemos constatar que el ultrasonido nos es de gran ayuda para revisar las alteraciones de la tiroides. Adames de que es un método que nos puede ayudar a diferenciar entre los nódulos, si son malignos o benignos, aunque debemos recordar que para poder realizar un diagnostico definitivo se debe hacer una biopsia para un estudio histológico y ahora si poder dar un diagnostico, ya que de esto depende totalmente el tratamiento que se le va a ofrecer al paciente.