Hipertensión arterial secundaria a displasia fibromuscular de la arteria renal
El artículo tiene como objetivo revisar las manifestaciones clínicas, el diagnóstico y posibilidades terapéuticas de la displasia fibromuscular de la arteria renal. La causa más frecuente de hipertensión renovascular es la estenosis de la arteria renal, que es una de las formas más frecuentes de hipertensión secundaria. Su diagnóstico es relevante ya que es una entidad reversible si se trata la estenosis tempranamente pero que si no se le da tratamiento puede ocasionar atrofia renal. La principal causa de estenosis de la arteria renal es la enfermedad ateromatosa, en un 10-20% es secundario a la displasia fibromuscular (segunda causa de hipertensión renovascular) la cual también puede afectar otras arterias además de la renal, sobre todo las cerebrales en su porción extracraneal. La hipertensión secundaria a displasia fibromuscular de la arteria renal es más común en el sexo femenino en edad fertil (15-50 años de edad), que puede afectar a otras arterias que se caracteriza por estenosis segmentaria de naturaleza no inflamatoria ni aterosclerosa (arterias de pequeño y mediano calibre) y de evolución progresiva., siendo una entidad ideopática (incidencia de 65-70% arteria renal, 25-30% carotidas). Se puede clasificar en 3 entidades anatomopatológicas: intimal (5% de los casos), medial (85% de los caso) y perimedial (10%de los casos). Los 3 tipos de lesiones pueden coexistir en un solo segmento arterial. Radiológicamente se identifican varios tipos definidos por Kinkaid et al: tipo multifocal con multiples estenosis alternado con dilataciones «imagen en rosario», tipo «tubular» lesión alargada concéntrica, tipo focal de < 1 cm de longitud . En cuanto a las manifestaciones clínicas como se menciono anteriormente la principal es la hipertensión arterial de cualquier grado, se puede auscultar un soplo en el flanco del lado afectado o en epigastrio (especificidad y sensibilidad baja) ó puede ser asintomático; las afectaciones en otros territorios arteriales daran sus manifestaciones específicas dependiendo de la zona afectada. El gold estandar para el diagnóstico es la arteriografía que es una prueba sumamente invasiva y debe solicitarse en pacientes que se justifique revascularización siendo recomendable realizarse simultanemente durante el estudio, también se puede solicitar RM con gadolinio y la angio-TAC (especificidad 92% y 84% respectivamente, con sencibilidad de 62% y 64%); la ecografía Doppler de las arterias renales permite valorar la posibilidad de revascularización mediante el cálculo del indice de resistencias (>0.8 igual a mal pronóstico). El diagnóstico diferencial se hace con arteritis y enfermedad vasculorrenal ateromatosa. Su tratamiento es mediante angioplastia transluminal o con cirugía reparadora para la revascularización, indica en: cuando el grado de estenosis es >60% de la luz y cuando las lesiones son bilaterales, hipertensión arterial maligna o acelerada y en casos de escasa o poca respuesta al tratamiento con antihipertensivos. El seguimiento de la revascularización debe ser a base de eco-Doppler. La tasa de restenosis tras angioplastia es de 11-23% en menos de 2 años, se recomienda en estos casos el uso de endoprótesis.