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La importancia de la ecografía de las 11+0 a 13+6 semanas de embarazo.

La evaluación ecográfica del primer trimestre (11+0 a 13+6 semanas) constituye actualmente una de las herramientas fundamentales en el manejo de toda paciente obstétrica. Es el mejor ejemplo de tamizaje en Obstetricia por medio del cálculo de riesgo de anormalidades cromosómicas y, sumado a ciertas características obstétricas y clínicas, se constituye en un potencial predictor de riesgo de las principales complicaciones obstétricas. Es nuestro objetivo presentar en forma resumida y simplificada los avances en este importante tópico de Medicina Fetal, con la finalidad de que sea reafirmada y asumida por todos los responsables del cuidado de la salud materno-fetal, incluyendo los padres.

Se realizó un estudio observacional analítico, de corte transversal, que incluyó a las gestantes con tiempo gestacional de 10,0 a 14,0 semanas, atendidas en el Centro Provincial de Genética Médica de La Habana. A los fetos de estas embarazadas, incluidas en el periodo de enero de 2002 hasta enero de 2009, se les midió la translucencia nucal. En la muestra estudiada, más del 97 % de los productos del parto resultaron sanos. En el 1,5 % de los nacidos se diagnosticaron otros malformaciones y en el 0,8 % aberraciones cromosómicas. Estas últimas se presentaron en 7 productos de la gestación, 6 de ellos fueron Síndrome Down en los que se realizó confirmación diagnóstica prenatalmente a través del estudio cromosómico. En todos ellos se encontró un valor positivo de translucencia nucal.

En los últimos años se ha propuesto la determinación del sexo fetal durante el primer trimestre. Emerson y cols , describieron el “signo sagital” como un marcador ecográfico para la predicción del sexo fetal a partir de la 14ª semana de gestación. En un plano mediosagital, la presencia de una muesca angular en el borde craneal del falo se interpreta como sexo masculino, mientras que en las mujeres esta muesca aparece en el borde caudal del clítoris. La valoración del sexo fetal se intentó en 636 gestaciones, 11 de las cuales eran gemelares, con un total de 647 fetos estudiados. En 40 casos (6,2%) no se logró una asignación de género debido a posición fetal desfavorable, obesidad materna o a la visualización de un ángulo intermedio del tubérculo genital. El sexo fetal fue correctamente asignado por ecografía en el 86,3% de los fetos (516/598).

La importancia de la ecografía en el primer trimestre y la evaluación de nuestra paciente gestante no se limita a una valoración ecográfica, sino más bien es una evaluación que integra clínica, ecografía y bioquímica, con la finalidad de señalar el camino que lleva del embarazo, determinando el número de visitas futuras y evaluaciones posteriores, anticipándonos a posibles complicaciones, que en un futuro próximo deben de tener prevención. Esta primera visita debiera llamarse valoración obstétrica del primer trimestre a ser llevada a cabo entre las 11+0 y las 13+6 semanas; será realizada por personal capacitado en el entendimiento de la fisiología y patología obstétrica y de ninguna manera debe estar limitada a la evaluación ecográfica.

La translucencia nucal constituye una valiosa herramienta de detección de malformaciones congénitas en el primer trimestre, su correcta aplicación incluye comprender que el criterio de la translucencia nucal aumentada, considerando un valor único de corte de 3.0 mm, no es adecuado para evaluar el riesgo individual. Es preciso que se adopten diferentes límites superiores de normalidad de acuerdo con la edad gestacional para diferentes medidas de la LCC. De este modo, la tasa de detección de malformaciones congenitas en el primer trimestre se elevaría. Entender que el hallazgo de un valor positivo de la translucencia nucal nos conduce a la búsqueda de otros marcadores y al análisis de riesgos individuales, nos permitirá una interpretación más próxima a su verdadero valor predictivo.

A pesar de la elevada proporción de fetos correctamente diagnosticados, la decisión de evitar una prueba invasiva no debe tomarse en fetos con un CRL inferior a 80 mm. El sexo fetal debería ser reconfirmado con posterioridad, preferiblemente en la semana 20. Además, siempre deberá tenerse en cuenta la rara posibilidad de una discordancia entre el sexo fenotípico y genotípico. Se necesitan estudios más amplios, que confirmen las tasas de precisión de la ecografía en el primer trimestre, antes de introducir este método en la práctica clínica rutinaria.

Artículo escrito por la Dra Danee Escoto

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