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Mola hidatiforme parcial

Mola hidatiforme parcial

La ecografía realizada durante el primer trimestre es fundamental para el diagnóstico temprano de la gestación molar. Permite detectar la presencia de la mola antes de que aparezcan síntomas. En la ecografía, la presentación más común de la mola parcial se caracteriza por múltiples imágenes ecolúcidas que se describen como «copos de nieve». Algunas pacientes también pueden experimentar hiperémesis gravídica, aunque no es un síntoma presente en todas las mujeres.

La causa exacta de este trastorno no se comprende completamente. Sin embargo, existen factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una mola, como anomalías en el huevo, irregularidades uterinas, deficiencias nutricionales y edades extremas (menores de 20 años o mayores de 40). Otros factores de riesgo incluyen dietas con bajos niveles de proteínas, ácido fólico y carotenos.

La mola hidatiforme parcial se desarrolla a partir de un huevo anormalmente fertilizado. Aunque para algunos puede parecer un tumor benigno del trofoblasto, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) no la considera una neoplasia. Según las alteraciones genéticas y características histológicas, se distinguen dos tipos de mola: completa y parcial.

En la mola completa, el ADN es exclusivamente de origen paterno. Debido a la ausencia de desarrollo fetal, no se detectan signos de tejido fetal en el embarazo. Las vellosidades coriónicas aumentan de tamaño y la presencia de dos juegos de cromosomas paternos provoca una proliferación incontrolada del trofoblasto.

En el caso de la mola parcial, se fertiliza un ovocito normal por dos espermatozoides o por un solo espermatozoide con cromosomas paternos duplicados. Aquí, el ADN proviene tanto del padre como de la madre. Es importante destacar que en esta situación se desarrolla un feto cromosómicamente normal junto con la mola.

Ante el diagnóstico de mola hidatiforme parcial con un feto cromosómicamente normal pero con malformaciones asociadas, se ofreció asesoramiento genético a la pareja. Tras confirmar los diagnósticos prenatales mediante Anatomía Patológica, la pareja decidió interrumpir la gestación.

En este contexto, se destaca la importancia de la ecografía en el primer trimestre para detectar anomalías que puedan afectar el curso del embarazo. La mola, aunque en algunos casos se considera benigna, puede plantear desafíos clínicos significativos.

El presente artículo, escrito por la Dra. Leticia Marcela López Castañeda, relata un caso donde se detectó una mola hidatiforme parcial junto a un feto en aparente desarrollo normal, lo cual posteriormente presentó complicaciones neurológicas.

Diagnóstico y tratamiento oportuno son clave en casos de mola hidatiforme parcial

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