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Tumores de ovario: patogenia, cuadro clínico, diagnóstico ecográfico e histopatológico

Tumores de ovario: patogenia, cuadro clínico, diagnóstico ecográfico e histopatológico

En este artículo se realizó una revisión de la bibliografía médica acerca de la patogenia, cuadro clínico y diagnóstico ecográfico e histopatológico de los tumores ováricos, ya que un diagnóstico temprano es vital para las pacientes. Los tumores ováricos son el tercer grupo de tumores en la mujer, presentándose desde edades tempranas hasta avanzadas, aumentando su incidencia en las últimas décadas. La ecografía constituye el mejor método para explorar los cambios que ocurren en el aparato reproductor, siendo un método efectivo, fácil, económico, no invasivo y de primera línea para diagnosticar tumores de ovario, permitiendo detectar lesiones en la fase asintomática y visualizar características que sugieren benignidad o malignidad.

La vía vaginal detecta lesiones menores a 3 cm pero tiene un campo de visión limitado, solo 10 cm de la cúpula vaginal. La vía abdominal visualiza mejor la lesión que se ubica por encima del lecho vesical, más allá de 10 cm. El diagnóstico se complementa con la TC y la RM. Es una patología con mal pronóstico por el diagnóstico tardío al no generar signos y síntomas exclusivos. Los tumores más frecuentes del ovario no son neoplásicos, sino que derivan del desarrollo folicular, siendo formaciones quísticas. Los procesos neoplásicos son de constitución histológica diversa, de origen epitelial, procedentes del estroma gonadal y los tumores de células germinales.

Dentro del cuadro clínico puede encontrarse crecimiento lento del abdomen, síntomas compresivos, rotura, hemorragia o infección, pero en general los síntomas son muy inespecíficos, lo que dificulta el diagnóstico en etapas tempranas. El cáncer de ovario se propaga principalmente por diseminación peritoneal, pero también por extensión directa, linfática y hematógena, siendo la mayoría de las veces el diagnóstico se realiza cuando la enfermedad ya ha progresado a la cavidad peritoneal. En el diagnóstico imagenológico es indispensable la ecografía transabdominal y transvaginal, esta última para mejorar el detalle de las imágenes.

Ecográficamente se debe confirmar la presencia o ausencia de un tumor pélvico, la localización del origen, la visión de la arquitectura interna de la lesión y de la afección asociada al tumor. Signos que sugieren malignidad son la bilateralidad, la presencia de ascitis, un límite mal definido indicando que existen estructuras adheridas a la formación tumoral, y la angiogénesis patológica tanto intratumoral como en la periferia. Es importante determinar el marcador CA-125. En los tumores epiteliales benignos, suelen ser serosos o mucinosos, de gran tamaño, quísticos y se les llama cistoadenomas. Los adenocarcinomas serosos suelen acompañarse de ascitis hemorrágica y presentan una superficie papilar. Los tumores mucinosos pueden ser benignos (multiloculares con tabiques y paredes finas) o malignos (con gruesos tabiques y masas papilares múltiples en su interior). Los tumores endometrioides suelen ser malignos, grandes y con diversas características ecográficas.

En los tumores de células germinales, el dermoide es el más frecuente y generalmente benigno. Los tumores estromales de los cordones sexuales son raros. El patólogo informará al clínico del tipo histológico y de la benignidad o malignidad del tumor o de las posibles metástasis, siendo importante diferenciar entre tumores primitivos ováricos o metástasis de otros tumores.

Todo tumor ovárico debe considerarse potencialmente maligno, por lo que deberá hacerse una biopsia intraoperatoria y en caso de ser maligna debe realizarse un estadiaje minucioso. Los tumores de ovario constituyen un problema importante en la morbilidad y mortalidad de la población femenina, siendo prácticamente asintomáticos o con manifestaciones muy inespecíficas. Por lo tanto, la ecografía transabdominal y transvaginal es de gran valor en el diagnóstico para predecir la posible benignidad o malignidad de la lesión antes de iniciar un esquema terapéutico.

COMENTARIO:

Al realizar ecografía ginecológica, es fundamental una revisión detallada, ya que puede resultar vital para la paciente, pues un diagnóstico tardío de una patología puede ser perjudicial para el tratamiento. Es crucial mantener presente este tipo de patologías con cuadros clínicos poco característicos, considerándolas en todo momento por su «clínica silenciosa», y utilizando las herramientas necesarias para descartar lo grave antes de diagnosticar lo «más simple».

Artículo escrito por la Dra. María Del Consuelo González Alemán

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