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Útero y ovarios

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es la endocrinopatía más común en la mujer; afecta al 5-7% de las mujeres en edad fértil, aunque la epidemia de obesidad que afecta actualmente a los adolescentes en los países desarrollados hará que su frecuencia aumente.

Se caracteriza por:

  1. Oligoamenorrea al menos 6 o 9 meses al año o anovulación.
  2. Hiperandrogenismo: principal causante del síndrome metabólico y resistencia a la insulina. Puede aumentar la deshidroepoandrosterona sulfato (DHEAS) y la testosterona (T), pero el más específico es el aumento de T libre. Se puede manifestar clínicamente con acné e hirsutismo.
  3. Ovarios poliquístico diagnosticados por ecografía (≥ 12 folículos en un ovario y/o volumen ovárico ≥ 10 cm).
  4. El riesgo del SOP es la mayor probabilidad de cáncer de endometrio, por el estímulo constante estrogénico y el síndrome metabólico: obesidad, hipertensión arterial y dislipidemia, con el subsiguiente aumento del riesgo cardiovascular.

En 2003, en Rotterdam, en el grupo de trabajo formado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, se estableció el diagnóstico de SOP si se cumplían al menos 2 de los siguientes criterios:

  1. a) oligoamenorrrea y/o anovulación
  2. b) clínica o bioquímica de hiperandrogenismo
  3. c) ovario poliquístico en la ecografía.

El problema de los criterios diagnósticos de Rotterdam es que se puede diagnosticar de SOP sin presentar hiperandrogenismo, por este motivo, en 2009 se establecieron los criterios de la Sociedad del SOP e hiperandrogenismo (EA-PCOS):

  1. a) hiperandrogenismo, con presencia de hirsutismo y/o elevación de andrógenos en sangre
  2. b) disfunción ovárica
  3. c) ovario poliquístico

Son diagnosticados los pacientes que cumplen el criterio a) y al menos uno de los otros 2 criterios, y es necesaria la exclusión de otras causas de hiperandrogenismo.

Clínica

  1. Alteraciones menstruales: oligoamenorrea, amenorrea, anovulación crónica, metrorragias disfuncionales.
  2. Esterilidad.
  3. Signos de hiperandrogenismo: hipertricosis (crecimiento excesivo de pelo terminal en áreas de presentación normal en la mujer); hirsutismo (crecimiento excesivo de pelo terminal en zonas dependientes de andrógenos, no habituales en la mujer); acné (el acné severo, que sea persistente o resistente al tratamiento); seborrea, alopecia frontoparietal.
  4. Obesidad de tipo androide.
  5. Acantosis nigricans.

Aunque la mayor parte de las pacientes con alguna anomalía estructural uterina son asintomáticas, una cuarta parte de ellas presentará problemas reproductivos y/o gineco obstétricos.

El útero septo en alguno de sus grados es la malformación congénita uterina estructural más frecuente.

Si bien la presencia de un tabique uterino incrementa la tasa de abortos de repetición, solo en raras ocasiones dificulta la consecución de un legrado evacuador como en el caso que presentamos.

Presentar alguna malformación estructural uterina no es siempre incompatible con una historia ginecológica y obstétrica reproductiva normal. En la mayor parte de los casos, estas anomalías pasan inadvertidas, estimándose que solo una cuarta parte de las mujeres que las presentan tendrá problemas reproductivos o sintomatología ginecológica.

El útero septo, al igual que el resto de las malformaciones müllerianas, se relacionan con esterilidad e infertilidad, insuficiencia ístmico-cervical, acretismo placentario, parto pre término, prematuridad, metrorragias de repetición durante la gestación, mayor riesgo de rotura uterina durante el tercer trimestre de gestación o durante el trabajo de parto y anomalías de presentación fetal que justifican el incremento de la frecuencia del parto mediante cesárea.

Se asocian a dolor abdominal y/o vaginal recurrente, hipomenorrea, leucorrea, hidro o hematocolpos, dismenorrea importante o dispareumia.

Comentario

El uso de la histeroscopia guiada por ecografía permite visualizar por una parte el interior de la cavidad uterina y, por otra, el contorno uterino peritoneal, permitiendo en la mayoría de las ocasiones un correcto y preciso diagnóstico de las malformaciones uterinas. Dicha técnica ofrece algunas ventajas sobre la realización de una laparoscopia simultánea a la histeroscopia, que actualmente se considera todavía como la prueba de oro, tales como precisar menor invasividad, ser más eficiente y disminuir tanto el tiempo diagnóstico como posquirúrgico.

El establecimiento de valores normales para el número de folículos por ovario sigue siendo objeto de gran controversia, en 2003 se estableció 12 o más folículos por ovario, con una medida de 2 a 9 mm de diámetro; sin embargo estudios recientes sugieren que este rengo debe ser ampliado de 19 a 26 folículos por ovario; ya que los nuevos equipos, y la ultrasonografía 3D permiten la visualización y reconocimiento de más folículos comparado con la 2D.

Artículo escrito por la Dra.  Jiménez Sánchez Miriam Gabriela

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