Validez y precisión del ultrasonido como método diagnóstico del cáncer de tiroides
Los nódulos tiroideos son muy comunes en la población general, del 4%-8% se detectan mediante palpación, hasta el 67% se detectan por hallazgos sonográficos y el 50% mediante examen patológico de autopsia. La mayoría de éstos son benignos (hiperplasias nodulares y adenomas), pero del 5% al 7% son malignos; el carcinoma papilar de tiroides representa aproximadamente el 75% al 80% de lesiones malignas primarias de tiroides, se estima un índice de supervivencia a 30 años del 95% aproximadamente. La mayoría de estos pacientes se consideran de bajo riesgo, con un 99% de supervivencia a 20 años después de cirugía. Otros tipos histológicos de carcinoma tiroideo incluyen al folicular (10%-20%), medular (3%-5%) y anaplásico (1%-2%).
Los índices de morbilidad y mortalidad del cáncer de tiroides comparado con muchos otros tipos de cáncer son bajos, pero en ambos casos se incrementan con la edad del paciente y el estadio clínico. Aunque los nódulos tiroideos son encontrados en pacientes de edad adulta, su prevalencia se incrementa con la edad, además la predisposición para que un nódulo sea maligno aumenta con los factores de riesgo como son pacientes menores de 20 años o mayores de 60 años. Algunos de los hallazgos clínicos que se asocian a malignidad incluyen un nódulo sólido, rápido crecimiento, fijo a estructuras adyacentes, parálisis de cuerdas vocales y aumento del tamaño de los ganglios adyacentes. El antecedente de radiación en la región cervical o la herencia de cáncer tiroideos también incrementan el riesgo de malignidad del nódulo.
El ultrasonido del cuello juega un papel importante en la evaluación de los pacientes que padecen cáncer de tiroides tanto para diagnóstico inicial como en la caracterización de recurrencia de la enfermedad. En la actualidad, el ultrasonido se considera el método de imagen más sensible en la detección de metástasis ganglionares; las microcalcificaciones, los cambios quísticos, la morfología anormal y la vascularidad alterada son características de implicación metastásica con carcinoma papilar de tiroides8 . Un estudio ultrasonográfico de las estructuras superficiales de la cabeza y cuello requieren de equipo apropiado de alta resolución, con transductores para partes pequeñas que permitan el uso de alta frecuencia.
La gran disponibilidad del ultrasonido ha contribuido al incremento en la detección de los nódulos tiroideos. Sin embargo, existe confusión en la determinación de cual línea de seguimiento deberá utilizarse para decidir si se realiza o no biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF).
Los criterios de la Sociedad de Radiólogos en Ultrasonido son: la biopsia deberá realizarse a un nódulo de 1 cm o más con microcalcificaciones, nódulo de 1.5 cm o más sólido o calcificaciones gruesas, o un nódulo de más de 2 cm con componente mixto (sólido-quístico) y un nódulo con crecimiento gradual o asociado a ganglios linfáticos cervicales. De acuerdo a los criterios de la Sociedad Americana de Endocrinología Clínica, un nódulo hipoecoico con las siguientes características: margen irregular, más alto que ancho y con microcalcificaciones deberá ser biopsiado. En este estudio se concluye que los criterios de Kim y los de la Asociación Americana de Endocrinología Clínica son los lineamientos recomendados, porque lograron una alta sensibilidad y especificidad, respectivamente.
Los nódulos malignos, tanto carcinoma como linfomas, son de aspecto hipoecogénico y sólidos en relación al resto del parénquima tiroideo. La combinación de estas 2 características tiene una sensibilidad del 87% para lesión maligna, pero una baja especificidad del 15.6% al 27%, así como bajo valor predictivo positivo, además de que esta apariencia se observa en el 55% de los nódulos benignos . Además de microcalcificaciones, márgenes lobulados o irregulares, hipoecogenicidad y mayor altura que longitud, publicados en el American Journal of Radiology en el 2002 en la investigación de Eun Kyung et al., existen otras características de importancia como son la invasión de ganglios linfáticos regionales y metástasis, patrón vascular, tamaño y número de nódulos y el intervalo de crecimiento. El patrón vascular más común que indica malignidad es hipervascularidad intrínseca, que se define como el flujo en la porción central del tumor, mayor al resto de la vascularidad glandular. Esto ocurre en el 69%-74% de las lesiones malignas, sin embargo esto no es específico.
COMENTARIO
El ultrasonido demostró ser un componente esencial en la evaluación y manejo de los nódulos tiroideos. Las características ultrasonográficas solas no pueden predecir malignidad o benignidad, pero técnicas combinadas de características ultrasonográficas y correlación cito-patológica por BAAF son técnicas más precisas que cualquier técnica sola.
Artículo escrito por la Dr Jiménez Sánchez Miriam Gabriela